El Cola Cao está por las nubes. Pagar 6,52 euros por un paquete de 1,2 kilos me parece mucho pagar. Te sale el kilo a 5,43 euros. Es el Cola Cao original. Nada de innovaciones en el producto. Lo notas cuando se lo echas a la leche, revuelves, lo tomas y lo reconoces. Es el mismo Cola Cao que el que te ponía tu madre en el desayuno cuando eras pequeña.
El envase es distinto en su forma. Ahora viene en una bolsa de envasado al vacío, con los colores y los dibujos del tarro del Cola Cao de cuando éramos pequeñas. En la parte de abajo ponen en letras grandes y blancas "Formato ahorro". Vuelvo a repetir: ¿qué ahorro? ¿Doscientos gramos más? Yo por formato ahorro entiendo dos kilos como mínimo.
En todo caso os recomiendo el Cacao Soluble Cola Cao. Es un clásico. Alguna de mis amigas prefiere un Cola Cao a un café. Yo creo que lo prefiere porque no tiene la infancia superada. El Cola Cao pide desayuno en casa con mantel de tela y madre cerca. En el bar una pide una café con leche. Si pides un Cola Cao te miran con pena.
Las ventajas que tiene este Colca Cao clásico es que no lleva adictivos y que le han puesto cacao original. Tal vez esté un poco más cargado que el Colca Cao que yo recuerdo de mi infancia. Mi marido dice que es igual. La diferencia, según mi santo, está en lo generosa que soy con las cantidades de Colca Cao que pongo en mi taza. Puede que tenga razón.
Echo de meno el viejo envase. El tarro del Cola Cao se reciclaba hasta para guardar dinero, una vez vacío. No se puede decir que sea el envase original el que trae. Es el envase más barato que encontraron. La minimización de costes se impone.