Este libro me atrajo en un principio porque va de viajes en el tiempo y es un tema que me gusta bastante. Lo de las paradojas temporales, el deshacer errores del pasado, como afecta el más mínimo cambio al presente… Que le voy a hacer, soy víctima de la trilogía de Regreso al futuro.
Bueno, pues la historia parte de una bae muy sencilla. Una empresa se dedica a investigar como hacer viajes en el tiempo para así conseguir que edificios históricos que han desaparecido o están en un lamentable estado de conservación, lleguen mucho mejor a nuestros días. En uno de esos viajes un expedicionario se pierde y entonces mandan a otro equipo a rescatarlo, así que gran parte del libro se desarrolla en la edad media, cuando existían los castillos, los caballeros y los torneos.
Ese tema también me gusta bastante y al final la novela deja de ser ciencia ficción para convertirse en una historia de aventuras muy bien escrita, muy amena y muy fácil de leer. Además, el autor es un maestro a la hora de crear el marco de la historia ya que consigues trasladarte a esa época, imaginarte el castillo y sus alrededores a la perfección y meterte al 100% en la historia con lo que leerás páginas sin parar para conocer el desenlace.
He de reconocer que el libro me gustaba sólo por su historia, sino porque mientras lo estaba leyendo viajé a Irlanda y vi un montón de castillos que se ajustaban a la perfección a lo que yo leía, con lo que no me costaba nada meterme en la historia.
Un libro totalmente recomendable pues combina con maestría una historia muy bien elaborada, con las descripciones justas para que no tengas que tragarte páginas y páginas de relleno.