Juanjo Lamelas es el autor de La leyenda de las lágrimas doradas. Ediciones Atlantis publica esta novela histórica cuya trama se sitúa en Alejandría, en tiempos del rey Ptolomeo III, el Benefactor, hacia el año 225 antes de Cristo. Durante esa época, Erastótenes, director de la Biblioteca de Alejandría, descubre un papiro que contiene una leyenda: “En la ciudad de Siena, a los pies de Primera Catarata, en el día más largo del año, las columnas de los templos no dan sombra y el sol se refleja en las aguas de un profundo pozo”. Dado que en Alejandría, las columnas del templo sí dan sombra, Erastótenes deduce que la Tierra no es plana, como se creía hasta ese momento y se empeña en medir exactamente la distancia que separa Siena de Alejandría con el fin de determinar la longitud de la circunferencia de la Tierra. El rey Ptolomeo decide apoyar esta empresa, cuyos encargados son los escribas de la Biblioteca, Calixto y Diocles, junto con el copista real, Ambari, que debe mantener informado a Ptolomeo y a cuyas manos llega un mapa donde se señala el lugar en el que está escondido el libro de la Transmutación…
La novela me ha resultado especialmente entretenida y toda ella me parece un excelente ejercicio de maestría, desde su estructuración hasta el lenguaje empleado, culto y repleto de adjetivos, pasando por una tensión narrativa que no decae en ningún momento y que impulsa a desear seguir leyendo todo el tiempo.
La trama es interesantísima y demuestra unos conocimientos muy profundos por parte del autor de temas tan variados como la filosofía, la mitología griega, la geometría, la aritmética, etc… además de una excelente labor de documentación histórica, geográfica, etc…
Como inconvenientes, citar que no es una lectura fácil. Debido al lenguaje empleado y a los temas que trata, me parece adecuada para un lector avezado e interesado en “aprender algo” de una novela histórica, en la que muchos de los episodios que se narran tuvieron lugar en la realidad. Aburrirá a lectores ocasionales o amantes de los best-sellers.