El Bus turístico de Barcelona es la mejor manera de conocer la ciudad, muy recomendable sobre todo cuando tienes poco tiempo, pero también para hacerte una idea de lo que hay que ver y después, con mas tiempo, acercarte a verlo si crees que la atracción merece una visita adicional.
Nosotros lo cogimos la primera vez que fuimos a Barcelona, ya que íbamos a estar sólo un fin de semana largo y claro, la ciudad es enorme, tiene un montón de cosas por ver y el metro deja un poco que desear desde el punto de vista turístico ya que hay bastante distancia entre estaciones y no cubre ni de lejos, todo lo que merece la pena visitar en Barcelona.
Fue en 2008 cuando estuvimos (tengo el folleto delante) y elegimos el billete para dos días consecutivos. Nos costó 26 euros. Para un día eran 20 euros, lo cual puede parecer caro, pero teniendo en cuenta lo que ofrece, merece la pena ya que cuentas con 3 rutas que suman 44 paradas, todas estratégicamente situadas junto a algún punto de interés turístico.
Cada ruta recorre una zona de Barcelona. Así, la zona roja se encarga de llevarte de Plaza Cataluña, por todo el Paseo de Gracia hasta la Sagrada Familia, después al Parque Güell, el distrito de Sarriá, Monasterio de Pedralbes, el estadio del Barça y regresa por la Avenida Diagonal otra vez a Plaza Cataluña. En parte de ese recorrido coincide con la ruta azul, de manera que se puede hacer transbordo en varias de las paradas, desde Plaza Cataluña a mitad de la Avenida Diagonal, pasando por el Paseo de Gracia.
La ruta azul es la que se encarga de llevarnos del centro a Montjüic, en un recorrido muy cómodo que sería imposible que realizáramos en un autobús de línea normal.
La tercera ruta, la verde, sólo funciona, o al menos en 2008, desde mediados de marzo a finales de septiembre, y es la que recorre el litoral de Barcelona, desde el puerto Olímpico hasta el Fórum, solapándose un poco con la ruta azul.
Todos los autobuses de las rutas roja y azul tienen dos plantas y la superior está descubierta, así que en días de calor y buen tiempo es muy agradable el vientecillo que notas cuando el autobús está en marcha, pero, si te coge algún atasco, como nos sucedió a nosotros, te puedes freír en la planta superior, pero así es la vida del turista. Para ver cosas hay que sufrir.
El autobús de la ruta verde era de una única planta pero descapotada, así que, aunque no veías las cosas desde tan arriba, si que lo veías bien.
Lo bueno de este servicio es que te dan unos cascos para que puedas ir escuchando, durante todo el recorrido, una grabación en la que te cuentan todo lo que vas viendo, con datos históricos y anécdotas, por lo que se te hace muy ameno, a pesar de la larga duración del mismo y es que en alguno de los autobuses estuvimos mas de 2 horas desde que lo cogimos hasta que dimos la vuelta completa. Esto se debió no solo al camino, sino a la cantidad de tráfico que había en ciertas zonas, que hacía que te desesperaras.
Al comprar el billete te daban el plano de Barcelona, con las paradas de cada ruta, y un talonario de descuentos variados, tanto para museos, restaurantes e incluso regalos en algún centro comercial.
Creo que es una estupenda idea coger este autobús, sobre todo para aquellos que vayáis con poco tiempo y es que es muy cómodo el sistema de poder apearte, ver algo en concreto y después volver a montar. Normalmente los tiempos de espera en las paradas no son muy largos, depende sobre todo del tráfico. En mi folleto pone que entre 5 y 25, pero a mí no se me hacía tan largo. También es porque en cada parada hay un panel informativo con el horario, así que puedes planificar tu visita para estar de vuelta en la parada con tiempo suficiente para no tener que esperar al siguiente.