En su publicidad, en los buscadores, en todas partes te lo ofrecen como el único, el mejor restaurante Egipcio de España y, claro está, de Madrid.
Ubicado en la calle Segovia, pleno barrio de La Latina, uno de los barrios madrileños con más y mejor oferta gastronómica nos encontramos este local, muy grande, con una fachada y un acceso espectacular acorde con su oferta egipcia aunque conforme entras te vas dando cuenta de que más que un restaurante de comida tradicional egipcia es una atracción turística o un parque temático al uso con platos árabes más o menos elaborados, servidos en plan menú degustación de pequeñas cantidades.
Encuentras a Egipto sobre todo en la decoración, podríamos decir que en la danza del vientre (que tampoco es que sea autóctona) y también en algunas referencias en la carta o el menú degustación más por el nombre que han dado a los platos que por la preparación o ingredientes en sí ya que al final te das cuenta de que todo se queda en un menú árabe (sirio/libanés) que casi lo pondría dentro del "fast-food".
Es cierto que podría ser un sitio muy adecuado para grupos, despedidas de solteros, comidas/cenas de empresa, etc... ya que es muy grande tiene zonas que se pueden hacer semi privadas o cerrar del todo y es posible que hasta puedas divertirte. Como atracción turística para quien busque un acercamiento a esa cultura podría ser interesante pero en e plano gastronómico se queda muy pobre
El servicio es atento, son amables y simpáticos desde que entras, pero excesivamente rápido en su intento de doblar mesas si es fin de semana, hora punta o está muy lleno. Las raciones son escasas aunque hay que considerar que la base es un tipo de menú degustación muy habitual de muchos pequeños plataos para probar muchas cosas.
La bodega es casi inexistente, te ofrecen 3 o 4 vinos muy vulgares aunque no estén mal de precio.
Danza del vientre típica y tópica. Cada vez me gustan menos.
Para un rato de diveresión en grupo puede estar bien, para degustar gastronomía egipcia o árabe hay mil sitios mejores.