CHIGRE: lugar donde se bebe y se vende sidra además de un auténtico lugar social, donde comentar, hacer negocios y flirtear. (Sic de la carta de La Burbuja…).
Según esta definición y tal y como les gusta decir en su publicidad, La Burbuja que ríe es un auténtico CHIGRE.
El restaurante está muy bien situado, en el número 6 de la Calle del Ángel, a un paso del metro de La Latina.
Su decoración gira en torno a la sidra: botellas, barriles, carteles alusivos, etc…A la entrada, varios sifones y una barrica que contiene sidra natural. En el local hay escanciadores a disposición de los clientes que no sepan escanciar la sidra. Las paredes del local están forradas en madera, en un estilo clásico y el ambiente es mayoritariamente joven y gente en grupo.
La burbuja… también dispone de una barra muy larga, de unos 10 metros y como siempre está abarrotado, hay dos turnos para la cena. Es mucho mejor elegir el segundo, a las diez y media, porque los camareros meten prisa a los del primer turno (a las 20:30).
Mi marido y yo acudimos al restaurante junto con otra pareja y decidimos cenar “de raciones”. Pedimos una ensalada burbuja (con una salsa de cabrales que nos pareció que sabía a nata y que estaba bastante insípida, 6 euros), unas almejas a la marinera, muy ricas y sin arenilla, unos pimientos de padrón, una ración de lacón a la gallega (cortado demasiado grueso y acompañado de mucha patata, 14 euros) y una tabla de queso La Peral (7 euros). Lo peor vino con el postre: un “surtido de la casa”, con unos trozos de tarta, que no eran otra cosa que “bollería industrial” y una Tarta de Santiago especialmente reseca. ¿Su precio? 16 eurazos. En total, la cuenta ascendió a 75 euros, con un aperitivo que habíamos tomado en la barra, un par de cafés y unos chupitos a los que nos invitaron.
Las raciones, muy abundantes aunque un poco descuidadas en su presentación. El servicio, demasiado rápido y la relación calidad/precio no muy buena: más precio que calidad.
LOS PROS DE LA BURBUJA:
- El local tiene mucho ambiente.
- La sidra natural y los escanciadores repartidos por el local.
- Las raciones son enormes.
- Tiene un emplazamiento céntrico.
PERO LA BURBUJA EXPLOTA EN…
- La limpieza está un poco descuidada, al igual que la ventilación del local.
- Para mi gusto hay demasiada gente. Tampoco me parece buena idea la existencia de dos turnos. Los clientes del primero cenan agobiados y los del segundo, acaban de cenar a las tantas…
- La relación calidad/precio no es demasiado buena.
- Hay mucho ruido, algo natural si se tiene en cuenta que la mayoría de la gente acude en grupos grandes que celebran cumpleaños, despedidas de soltero, etc…
EN DEFINITIVA…
El sitio me dio la impresión de que “vive de las rentas”, es decir, de una fama ganada en el pasado. En la actualidad, han bajado la calidad de la materia prima y del servicio y han inflado los precios. Claramente, esperaba más de este restaurante.