Buenas tardes,
Hace un tiempo estuve en La Isla del Tesoro, un restaurante con mucho encanto del que hoy me gustaría dejaros mi opinión, esperando que os llame la atención y acudáis a hacer una visita.
Hice la reserva a través de la web, pinchando en la página del restaurante. Es muy sencillo, sólo tendremos que indicar qué día y a qué hora queremos ir. Una vez que hemos rellenado los datos, nos mandarán un mail con la confirmación de la reserva en el que nos indicarán que en el plazo máximo de sesenta minutos, nos dirán si se ha efectuado con éxito la misma.
El restaurante está ubicado junto a la glorieta de Bilbao, en la calle Manuela Malasaña, 3. Llegar hasta allí es muy fácil. Se encuentra muy rápidamente así que seguro que no tenéis ningún problema para localizarlo. La decoración del restaurante es una cucada, uno de esos locales decorados con mucho encanto. Como imaginaréis por su nombre, “La isla del tesoro”, recuerda a los libros de aventuras de piratas. Tiene forma alargada y al entrar hay un pequeño cuadrado que hace las veces de recibidor y será donde nos preguntarán si tenemos reserva y nos acompañarán a la mesa.
Todo está muy limpio, se siente uno muy a gusto nada más entrar.
Mientras decidíamos con qué íbamos a animarnmos, nos tomaron nota de las bebidas: pedimos 2 zumos de piña, 1 copa de vino blanco, 1 de vino tinto y 1 clara con limón. Además pedimos que nos trajeran una jarra de agua. Al instante vinieron con una cesta con pan de pasas y con pan de cereales que estaba riquísimo, y un aperitivo que consistía en una mezcla de garbanzos con cous-cous y salsa ali-oli. Muy original. Tengo intención de prepararlo en casa porque no parecía difícil y como digo, estaba muy rico.
Para los entrantes escogimos las chapatinas arco iris, un pan hindú con verduras por encima. Tenía una pinta exquisita y el sabor no defraudaba en absoluto. La carta es variada pero yo ya tenía claro que quería probar el volcán de setas y hongos con soja y salsa de ciruelas que me habían recomendado. Debí de ser muy convincente porque dos amigas se decantaron por esto mismo. Las otras dos cambiaron de tercio, y una eligió la ensalada del mar y la otra un rollito de espinacas con crema de cebolla y queso. Probamos todas de todo y la verdad es que me gustaron mucho las mezclas, los sabores, las texturas, muchos de ellos totalmente nuevos para mí, porque si bien había comido muchas veces setas y hongos, este plato que comí llevaba algo que no conseguí identificar y que era totalmente novedoso en mi paladar, pero no por eso desagradable.
Los postres tuvieron su lugar, por supuesto, y pedimos dos para compartir entre las cinco: El gocho de chocolate y el crêpe de pera y mango. Tanto uno como otro estaban buenísimos, pero si tengo que recomendar uno sería el de chocolate, claro, que estaba exquisito.
El servicio me pareció de lo más correcto, fueron muy amables al explicarnos la carta, estuvieron atentos por si necesitábamos algo y en líneas generales fueron rápidos a la hora de servir.
El total ascendió a ochenta y cinco euros, o lo que es lo mismo, diecisiete euros por persona, pues íbamos cinco . No estuvo mal, la verdad, creo que fue adecuado.
Se trata de una alternativa diferente a los restaurantes tradicionales en los que se puede pedir cualquier tipo de comida. Había estado antes en restaurantes vegetarianos y me había gustado la experiencia. Esta vez ha ocurrido lo mismo y es que he terminado satisfecha. Me ha gustado mucho probar platos nuevos, ingredientes que no había escuchado en mi vida y que de otra forma no hubiese probado, es decir, que estas cosas, o te las ponen preparadas o no las comprarías para hacer en casa.
La comida estaba muy rica, estuvimos de lo más tranquilas, el servicio fue correcto y la cuenta adecuada. ¿Qué más se puede pedir?
Altamente recomendable, por tanto, sobre todo si os apetece ir a un restaurante vegetariano y alejarse un poco de los sitios más tradicionales. Espero que mis palabras os sirvan de ayuda y os animéis así a acudir a visitarlo.
Muchas gracias.