Il Pastaio
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gem77
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Acerca de:Restaurante Il Pastaio del Vecchio Molino [Madrid]
Ventajas:Todo
Desventajas:Nada
Buenas tardes, hoy me gustaría hablaros de un restaurante al que he acudido en varias ocasiones y que se ha convertido en uno de mis restaurantes italianos favoritos. Se trata de IL PASTAIO DEL VECCHIO MOLINO:
Se encuentra en pleno corazón del barrio de Chamberí, en la calle Ríos Rosas núm. 49. Es un modesto local del que nos llamará la atención sus toldos amarillos. Si nos asomamos a través de sus ventanas veremos un local pequeño, coqueto, sin ninguna ostentación.
Al ser una calle tan céntrica, el acceso es perfecto, ya que podremos llegar en metro (la parada es Ríos Rosas, en la línea 1), o a través de diferentes autobuses que tienen parada prácticamente en la misma puerta.
Está muy cerca también del Paseo de la Castellana por lo que se puede ir por allí, sólo tendréis que subir unos metros a pie hasta el restaurante.
Si lleváis el coche, es posible que para aparcar tengáis que dar unas cuantas vueltas pero hay varios parkings por lo que siempre puede ser una opción.
La primera palabra que me viene a la cabeza para describir el local es que es modesto. Es relativamente pequeño y diáfano ya que en una sola sala están dispuestas todas las mesas.
Las paredes son verdes y amarillas, lo que da un toque coqueto al lugar.
Las mesas son las típicas de restaurantes de menú del día, cuadradas para dos personas, agrupadas en diferentes combinaciones. Sobre ellas veremos mantelitos individuales de papel y una pequeña botella de vidrio con una gelatina de color amarillo sobre la que hay una flor amarilla y una ramita de color verde. En ellas encontraremos también los cubiertos envueltos en una servilleta, y las copas dispuestas para tomar el vino.
No se caracteriza por ser fastuoso ni elegante, pero he de reconocer que tiene su encanto.
Aunque es posible algunas veces entrar sin reserva os recomendaría que la hiciérais, sobre todo si vais a ir durante el fin de semana.
La carta no es especialmente extensa y se compone por los siguientes apartados: Entrantes, pasta, pasta fresca, lasañas y otras especialidades.
Normalmente vamos cuatro amigas, así que nos solemos decantar por una ensalada para compartir, concretamente la de cuatro quesos: llevaba lechuga, tomate, aceitunas y por supuesto, queso.
Como plato principal, cada una tomamos un plato de pasta. Una pidió lasaña al pesto. Las otras tres nos inclinamos por pasta fresca: una de ellas pidió pasta rellena de espinacas con salsa de queso, otra pasta rellena de jamón con salsa de nueces, y yo elegí pasta rellena de jamón y queso con salsa de tomate. Otras veces que hemos ido hemos pedido otro tipo de pastas y la verdad es que todo me ha gustado, aún no he probado un plato del que haya pensado que es normalito, sino todo lo contrario. Sí que es cierto que voy teniendo mis favoritos y como tampoco voy todos los días, tiendo a repetir entre ellos, pero desde luego, pidáis lo que pidáis, acertaréis.
Se nota que la pasta es artesanal y las salsas son caseras.
De postre nos animamos con un tiramisú para compartir entre las cuatro, pero también hemos probado la tarta de manzana o la de chocolate y están todas riquísimas.
Sirven cafés también, así que podréis terminar la cena tomando uno.
Para beber solemos pedir botellas de agua mineral sin gas.
La cuenta suele rondar los 50 € para cuatro personas, o lo que es lo mismo, 13 € cada uno. Me parece un precio muy bueno ya que todo está muy rico, el local es muy mono y el servicio es correcto ya que estuvieron pendientes pero sin agobiar, cosa esta que agradezco siempre.
Un restaurante altamente recomendable por todos los motivos que os he venido contando, pero que fundamentalmente se debe a que la relación calidad-precio es extraordinaria.
Por todo esto, os recomiendo que si tenéis oportunidad, os animéis a probarlo porque merece la pena. Los amantes de la comida italiana seguro que lo disfrutáis muchísimo porque las pastas son estupendas. Lástima que no hagan pizzas, pues seguro que estarían riquísimas también.
Se encuentra en pleno corazón del barrio de Chamberí, en la calle Ríos Rosas núm. 49. Es un modesto local del que nos llamará la atención sus toldos amarillos. Si nos asomamos a través de sus ventanas veremos un local pequeño, coqueto, sin ninguna ostentación.
Al ser una calle tan céntrica, el acceso es perfecto, ya que podremos llegar en metro (la parada es Ríos Rosas, en la línea 1), o a través de diferentes autobuses que tienen parada prácticamente en la misma puerta.
Está muy cerca también del Paseo de la Castellana por lo que se puede ir por allí, sólo tendréis que subir unos metros a pie hasta el restaurante.
Si lleváis el coche, es posible que para aparcar tengáis que dar unas cuantas vueltas pero hay varios parkings por lo que siempre puede ser una opción.
La primera palabra que me viene a la cabeza para describir el local es que es modesto. Es relativamente pequeño y diáfano ya que en una sola sala están dispuestas todas las mesas.
Las paredes son verdes y amarillas, lo que da un toque coqueto al lugar.
Las mesas son las típicas de restaurantes de menú del día, cuadradas para dos personas, agrupadas en diferentes combinaciones. Sobre ellas veremos mantelitos individuales de papel y una pequeña botella de vidrio con una gelatina de color amarillo sobre la que hay una flor amarilla y una ramita de color verde. En ellas encontraremos también los cubiertos envueltos en una servilleta, y las copas dispuestas para tomar el vino.
No se caracteriza por ser fastuoso ni elegante, pero he de reconocer que tiene su encanto.
Aunque es posible algunas veces entrar sin reserva os recomendaría que la hiciérais, sobre todo si vais a ir durante el fin de semana.
La carta no es especialmente extensa y se compone por los siguientes apartados: Entrantes, pasta, pasta fresca, lasañas y otras especialidades.
Normalmente vamos cuatro amigas, así que nos solemos decantar por una ensalada para compartir, concretamente la de cuatro quesos: llevaba lechuga, tomate, aceitunas y por supuesto, queso.
Como plato principal, cada una tomamos un plato de pasta. Una pidió lasaña al pesto. Las otras tres nos inclinamos por pasta fresca: una de ellas pidió pasta rellena de espinacas con salsa de queso, otra pasta rellena de jamón con salsa de nueces, y yo elegí pasta rellena de jamón y queso con salsa de tomate. Otras veces que hemos ido hemos pedido otro tipo de pastas y la verdad es que todo me ha gustado, aún no he probado un plato del que haya pensado que es normalito, sino todo lo contrario. Sí que es cierto que voy teniendo mis favoritos y como tampoco voy todos los días, tiendo a repetir entre ellos, pero desde luego, pidáis lo que pidáis, acertaréis.
Se nota que la pasta es artesanal y las salsas son caseras.
De postre nos animamos con un tiramisú para compartir entre las cuatro, pero también hemos probado la tarta de manzana o la de chocolate y están todas riquísimas.
Sirven cafés también, así que podréis terminar la cena tomando uno.
Para beber solemos pedir botellas de agua mineral sin gas.
La cuenta suele rondar los 50 € para cuatro personas, o lo que es lo mismo, 13 € cada uno. Me parece un precio muy bueno ya que todo está muy rico, el local es muy mono y el servicio es correcto ya que estuvieron pendientes pero sin agobiar, cosa esta que agradezco siempre.
Un restaurante altamente recomendable por todos los motivos que os he venido contando, pero que fundamentalmente se debe a que la relación calidad-precio es extraordinaria.
Por todo esto, os recomiendo que si tenéis oportunidad, os animéis a probarlo porque merece la pena. Los amantes de la comida italiana seguro que lo disfrutáis muchísimo porque las pastas son estupendas. Lástima que no hagan pizzas, pues seguro que estarían riquísimas también.
Fecha:15:15:05 20/12/10
Edición:18:14:35 26/12/10
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes
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