El apartahotel Costa Encantada está en la zona más concurrida de Lloret de Mar. La playa te queda a unos 800 metros de la puerta del hotel. A 30 kilómetros tenemos el aeropuerto de Girona.
El hotel está bien comunicado por transporte público con el centro de LLorent de Mar y con otras playas de los alrededores.
Nosotros llegamos en un vuelo que aterrizó en Barcelona y tuvimos un trayecto de 50 kilómetros hasta el hotel. Compensa ir al aeropuerto de Barcela porque tienes más vuelos para todos los sitios que en el de Girona. No tuvimos problemas para guardar el coche alquilado porque el hotel dispone de parking gratuito para todos sus clientes.
El hotel es bastante grande. En total tiene 285 habitaciones. Ha sido reformado recientemente y se le nota.
Me gustó porque en la zona encontré todo lo que buscaba para un fin de semana de diversión con mi marido: cafeterías, bares, buenos restaurantes, tiendas de marca, pubs, discotecas.
El hotel dispone de tres piscinas, una cubierta, otra al aire libre y una tercera piscina sólo para niños. Por cierto, había muchos niños. No me extraña que las familias eligieran este hotel con la oferta que hacía. Había bajado la tarifa habitual en más de 15 euros. Nos salió la noche a 45 euros desayuno incluido.
Nuestra habitación disponía de una minúscula cocina en la que r algún alimento que comprabas en un supermercado que estaba casi al lado del hotel. Poco la usamos. Además el menaje que nos habían dejado estaba contadito. Desayunamos en la cafetería que había donde la piscina y salimos a comer y a cenar fuera.
Del personal del hotel sólo puedo decir maravillas. Eran atentos, amables, eficientes y el hotel estaba tan limpio como los chorros del oro, tanto en zonas comunes como lo que eran las habitaciones y cuartos de baño.
Dejamos a la niña con una abuela. Otros padres que sí habían llevado a sus hijos se quejaban de que la animación fuera en inglés. Suele pasar en los hoteles donde hay mucho turista extranjero. Yo me quedé a ver un espectáculo de magia y me fascinó. El mago era un as.
La decoración era sobria y acogedora. Habitación de paredes blancas, colchas de color cremoso, baño y cocina en tonos blancos. Me gustó el apartamento que nos tocó, sobre todo por lo bien iluminado que estaba por luz natural. En la terracita teníamos unos muebles de jardín muy cómodos para descansar. Las vistas eran una panorámica de la piscina y el jardín del hotel.
Nos dejaron tabla de planchar y plancha. Lo que no teníamos era lavadora. Supongo que era para que recurriéramos al servicio de lavandaría del hotel.
No tuvimos ruidos que nos despertaran, ni de día ni de noche. La insonorización estaba bien conseguida. Yo no esperaba tanta tranquilidad porque el hotel está en una zona muy turística.