El Hotel Concorde es un hotel que combina calidad y buenos precios. Nosotros nos alojamos en una suite junior en la que encontramos una habitación amplia, con una terraza donde podías tomar el sol sin bajar a la piscina o a la playa. En la terraza había unas tumbonas muy cómodas, una mesa con sus correspondientes sillas y una sombrilla.
Calor no pasabas gracias a los aparatos de aire acondicionado que funcionaban día y noche.
En la misma planta de la suite estaba el restaurante. Justo encima teníamos la piscina. Todo muy a mano.
Pero no todas eran ventajas. Nuestra habitación se veía necesitada de una reforma. No quiero ni imaginar si aquello era la suite, sólo había otra suite junior más, cómo estarían de antiguas el resto de habitaciones. Afortunadamente los de limpieza se ganaban el sueldo y estaba todo muy limpio. Antiguo y limpio. Hasta cambiaban las cortinas de la ducha a diario.
Hasta las once de la mañana podías ir a desayunar. Si llegabas un poco tarde no importaba porque sobraba siempre comida.
El personal era muy amable, empezando por las camareras de habitaciones, siguiendo por los de recepción y terminando en los que atendían bar y restaurante. Siempre estaban pendientes de nuestras necesidades.
Dije que la estancia en el hotel te sale arreglada de precio. Pues no puedo decir lo mismo de los precios de los taxis. Nos clavaron más de 30 euros por llevarnos desde el hotel al aeropuerto y viceversa y aún querían propina.
Menos mal que no gastamos ni un euro más en taxis porque nos desplazamos hasta la playa de Las Canteras andando y una noche también fuimos caminando hasta el Auditorio Alfredo Krauss. Media hora de caminata.
Para ir de compras tenías un Carrefour, un centro comercial con tiendas de marca y te sobraba.