Es más que un centro comercial, aunque sin dejar de serlo, si que se me antoja novedoso en cuanto a su concepción, pues podría pasar por las calles de un pueblo que albergan en lugar de casas una ingente cantidad de tiendas de ropa, complementos, regalos, salones recreativos, bares de tapas, bares de copas, supermercado, restaurantes de diversa índole y un cine de múltiples salas.
Por tanto nos encontramos ante una completísima superficie que atesora en su interior una grandiosa oferta comercial, capaz de concentrar gran cantidad de público y vehículos, para lo cual cuenta con una amplia superficie de aparcamientos.
No obstante lo anterior, no hay problema en cuanto al transporte, puesto que cuenta con un apeadero de RENFE que de paso nos facilita el consumo de bebidas alcohólicas al no obligarnos para nuestro desplazamiento a utilizar nuestro vehículo particular.
Bajo mi criterio es un lugar divertido desde el punto de vista de los aficionados al shopping, como de los aficionados a la gastronomía primordialmente, mostrándose muy cómodo en ambas facetas, puesto que su configuración con plazas y calles amplias, permiten el fluido deambular de los peatones.
Lo único malo que le veo al lugar,es que está a mitad de camino entre Málaga y Torremolinos, con lo que nos obliga a utilizar algún transporte para llegar hasta él.