Se trata de un lugar bastante bonito que cuenta con una buena cantidad de animales en cautividad y que se divide para su visita en varias zonas que coinciden con los hábitats naturales que albergarían a las especies que el Zoo aloja y os aseguro que hay bichos para dar y regalar.
El recorrido es bastante agradable y se realiza con bastante facilidad, en medio de bastante vegetación, aunque el lugar está conservado bastante limpio.
Se trata de un Zoo urbano que es bastante pequeño, pero muy acogedor e interesante, que cuenta con una zona infantil situada junto a un bar que se encuentra en el llamado claro del bosque, donde podemos aprovechar para refrescarnos y avituallarnos durante nuestra visita.
También cuenta con un espectáculo que es bastante atractivo donde se dan cita el folklore africano, animales y sobre todo un show con aves rapaces bastante divertido.
A la salida encontramos la típica tienda de souvernirs y el restaurante, del que recomiendo encarecidamente su ensalada césar que consiguió cautivarme.
La entrada cuesta unos 15 euros, pero nosotros pagamos 33 euros por un paquete que incluía la cena, y del que no nos arrepentimos, pues cenamos en las mesas de fuera dando al parque, que daba la sensación de encontrarte en una cabaña en mitad de la jungla.
En definitiva, tuvimos una experiencia muy divertida y satisfactoria.