Hola amigos de Xakia:
La Torre de Londres (Tower of London) es un complejo fortificado situado en una zona muy céntrica de la capital británica, en la orilla norte del Támesis junto al Puente de la Torre, y bastante próximo a la Catedral de St. Paul y a la City, el corazón financiero del Reino Unido.
Este fue uno de los lugares que visitamos en nuestra estancia de 7 días en Londres en el verano de 1997. Por ello os voy a contar lo que recuerdo de aquella visita (ayudándome de las fotos que tengo guardadas en casa) y teniendo en cuenta que la visita se produjo hace casi 14 años y desconozco los cambios que se hayan producido desde entonces.
Era uno de nuestros primeros días en la ciudad y llegamos a la Torre de Londres tras visitar previamente la Catedral de St. Paul y pasear por la City. Hacía mucho calor, era ya mediodía, y tras una considerable cola pagamos unas 10 libras (si no recuerdo mal) por cabeza.
Una vez dentro lo primero que se advierte es que se trata de una fortaleza compuesta por, La Torre Blanca, el edificio principal de planta cuadrada con cuatro torres en las esquinas. Tiene un gran valor simbólico ya que aquí residieron los reyes de Inglaterra hasta el siglo XVI (si no recuerdo mal) y de hecho sigue teniendo el carácter de residencia real. También ha sido prisión de personajes ilustres, muchos de ellos de estirpe real o aristocrática, que en su mayor parte eran ejecutados dentro de la fortificación. Allí estuvo encerrado aunque por breve tiempo Rudolf Hess, uno de los lugartenientes de Hitler que fue apresado cuando, en plena segunda guerra mundial voló al Reino Unido para intentar hacer la paz con Gran Bretaña para poder volcarse en un solo frente contra la Unión Soviética.
Nosotros estuvimos deambulando por el patio central, sacando muchas fotos, a los cuervos (ya sabéis, mientras haya cuervos en la Torre de Londres habrá monarquía en Gran Bretaña) y lo guardianes, los Yeomen o como también se les conoce popularmente, los Beefeaters (no sé si realmente serán grandes comedores de carne de vaca) con su peculiar uniforme medieval culminado por un peculiar gorro, que seguramente padecerán en días los calurosos como aquél. Y eso sí, muy gentil y pacientemente se prestaban a posar ante las cámaras de fotos de todos aquellos que estábamos allí.
Entramos en la exposición de las joyas de la Corona, que estuvo precedida de un vídeo sobre la familia Real y especialmente sobre la reina Isabel II. Contiene coronas de diversos reyes y reinas, cetros, diademas y otros objetos de gran valor pertenecientes a las distintas casas reales británicas.
Tras unas dos horas de visita, tuvimos que salir ya que se había hecho la hora de comer. Nos entretuvimos un poco más en los alrededores, junto al Támesis contemplando la fortaleza y su sólida muralla desde fuera, antes de cruzar el Puente de la Torre y embarcarnos en un crucero fluvial.
Por tanto nos encontramos ante uno de los lugares de mayor significado histórico de Londres y por extensión de la Gran Bretaña, extraordinariamente bien conservado y cuidado, y que está cargado de acontecimientos y hechos destacados, muchos de ellos terribles, desde la Edad Media hasta el propio S. XX, un lugar de visita imprescindible si queremos conocer algo, aunque sea un poco de la historia de Inglaterra. Recomiendo admirar el exterior de la fortaleza con esas murallas tan recias que conserva.
Gracias por la atención y un saludo a todos los lectores.