Lo mejor del Hotel Paddington Court es su ubicación, si lo que buscas es tranquilidad, pues está situado en un barrio de casas, con poco tráfico, sin problemas de aparcamiento y con una parada de metro cerca.
La habitación que me dieron no fue de mi gusto. No parecía una habitación de un cuatro estrellas. Era diminuta. Me sentí enjaulada. Casi era más grande el cuarto de baño.
Encima la ventana de la habitación tenía unas vistas preciosas de un patio de luces. Parecía que en vez de estar en Londres, estaba en el antiguo piso de mis padres.
Menos mal que la limpieza era impecable. Te cambiaban las sabanas y las toallas todos los días. También estaban muy atentos a que no te faltara champú y gel.
Del personal no tengo queja, con excepción de la señora de recepción, que era algo borde.
La decoración era típicamente inglesa, muy clásica. Sólo la tapicería de algún que otro sillón en rojo le daba vidilla.
Más que el hotel me gustó la zona. Había un montón de restaurantes y bares donde se comía mejor que en el hotel.