Hola amigos de Xakia:
La Fontana di Trevi es, como es bien conocido, uno de las más característicos símbolos de Roma. Esta imprescindible ciudad, cargada de tanta historia y tanto arte, capital de uno de los más importantes imperios de la historia, fue una de las primeras ciudades extranjeras que pude visitar (la primera fue Paris). Fue en octubre de 1995 con motivo de nuestro viaje de novios. La verdad es que desde el principio teníamos claro que Roma iba a ser el destino de ese viaje tan especial.
Llegamos desde Valencia a través de Barcelona el 23 de octubre de aquel año y nos alojamos en un pequeño pero acogedor hotel de tres estrellas, el Hotel White, que estaba situado en una callecita muy próxima a la Fontana di Trevi (a unos 2 minutos andando). Esto nos dio la posibilidad de disfrutar de la famosa Fontana todos los días que estuvimos en la capital italiana.
Entre muchas y hermosas fuentes la de Trevi es la mayor fuente y más espectacular de Roma. Se encuentra en una pequeña plaza, de la que la Fontana ocupa la mayor parte, adosada a un antiguo palacio. Fue construida en el siglo 18 en sustitución de una anterior, y por orden de un Papa. Es de estilo barroco y presenta al dios Neptuno dentro de un arco, en la pared exterior del palacio, y flanqueado por otras dos estatuas. A su alrededor otras estatuas sobre una superficie de piedra de la cual cae el flujo de agua al estanque inferior.
Al nivel del estanque inferior de la fuente se accede bajando unos escaloncitos Uno de los principales problemas en este lugar es la aglomeración constante de gente que se agolpa aquí. Fuimos testigos a diario de que había mucha gente en cualquier momento de la jornada, ya fuera por las mañanas, por las tardes o a las 12 de la noche. Prácticamente todos eran turistas disparando ávidamente sus cámaras de fotos (de carrete), algunos filmando y cómo no practicando el rito del lanzamiento de espaldas a la misma de la consabida moneda. Cosa que no dejamos de hacer nosotros tampoco, tal vez porque, aunque no creemos en estas cosas, no queríamos descartar que un día, quizás acompañados por alguien más, pudiéramos volver a reencontrarnos con Roma.
La Fontana está en una zona bastante céntrica de Roma, relativamente cerca de muchos lugares destacados, y con mucha animación, con unos cuantos hoteles y varias y buenas pizzerías en todas las callejas del entorno. Además había otra ventaja y era que muchos de los puntos de interés de la ciudad los teníamos a una distancia prudencial para poder ir caminando. Al norte estaba la plaza de Spagna y la plaza del Popolo, y hacia el sur la plaza Venezia, con el monumento al rey Victor Manuel (o la máquina de escribir, como la llaman allí). Un poco más allá ya teníamos el Foro y el Coliseo.
La Fontana di Trevi ha sido utilizada como escenario de unas cuantas películas, pero en especial es inmortal por la famosa escena de Anita Ekberg en la gran película "La dolce vita" de Federico Fellini, cuando se introduce en el agua incitando a Marcelo Mastroianni a seguirla.
Es, no cabe duda, un punto de los más paradigmáticos de la ciudad de Roma, que prácticamente no dejan de visitar todos los visitantes de la Ciudad Eterna y un auténtico símbolo de la ciudad. Y ello trasciende al mero interés artístico de la obra (que lo tiene, desde luego). No debéis dejar de verla aquéllos que queráis ir algún día a Roma.
Gracias por la atención y un saludo a todos los lectores.