El Residencial Santa Catarina en Lisboa, está en el Bairro Alto, y se trata de un hotel bastante modesto. Es un edificio de tres plantas con unas 16 habitaciones, todas ellas con baño.
Nuestra habitación tenía muebles de madera de pino, bastantes alfombras para mi gusto y bastante oscuro también. Incluso con las ventanas abiertas y las cortinas corridas notabas la habitación oscura. No era un cuarto nada luminoso.
Yo me alojé en este hotelito un día que no andaba muy sobrada de pasta. Me lo recomendó una compañera de trabajo y la verdad es que todo lo que me había dicho era poco. El precio es de pensión barata, el trato es más que familiar. El dueño es un señor mayor que te trata como si fueras una nieta suya.
En mi habitación había un televisor que no funcionaba demasiado bien. Para ver la tele bien tenías que bajar a la sala de televisión, que estaba pegada al bar. Tenía caja fuerte, teléfono, un cuarto de baño minúsculo y unas alfombras marrones que quedaban sobre el suelo como pegotes.
El desayuno estaba incluido en el precio del alojamiento. En todo caso, no había problema para comer porque en el Bairro Alto hay cantidad de restaurantes y pequeñas tascas.