La Posada Real del Pinar se encuentra en mitad de un pinar próximo a Medina del Campo, en la provincia de Valladolid.
Es un edificio que nada más verlo te das cuenta de los trescientos años que tiene a sus espaldas, pese a lo bien restaurando que está.
Cuenta con 19 habitaciones, de las cuales 14 son dobles, tres para cuatro personas y dos individuales. Son habitaciones que disponen de todas las comodidades a que estamos acostumbrados.
La nuestra era una habitación doble. Tenía cuarto de baño con bañera y ducha, kit de aseo, secador de pelo. Tuvimos a nuestra disposición un televisor que funcionaba correctamente, aire acondicionado, calefacción.
De la limpieza no tengo queja. Era perfecta. No había por donde cogerlos. Tanto el cuarto de baño, como la habitación y las zonas comunes estaban muy limpias.
El desayuno es un buffet en el que no faltan las tostadas, los cereales, bollería, fruta, café, infusiones,... Por la noche degustamos una cena en la que estaban muy presentes la carne asada en un horno de leña y los postres caseros.
Me pareció más cómoda esta posada que alguna casa de turismo real que no cuenta con una piscina tan bonita como la que había en la Posada del Pinar. Era una piscina de forma circular con el agua muy limpia. Por lo que me contaron los empleados en invierno no se puede utilizar porque no está climatizada. Pero ¿para qué quieres piscina en invierno? Puedes dar un paseo por el maravilloso jardín o hacer senderismo por los alrededores de la pensión.
Lo que no me gustó nada fue el precio. Nos clavaron 95 euros más IVA. Me pareció bastante caro.