Es una auténtica gozada de hotel, dónde el esmero de su decoración sólo es superado por la belleza del entorno que lo rodea, que no es ni más ni menos que la Judería de Córdoba.
Sus habitaciones cuentan con todo tipo de comodidades, incluido un ordenador personal con conexión a internet.
El cuarto de baño con todo tipo de detalles y amenities, incluido algo que gusta mucho a las mujeres, como es un secador de mano de buenas proporciones.
Tanto las habitaciones como las estancias del establecimiento gozaban de un magnífico nivel de limpieza.
Al estar moderadamente de la zona más bulliciosa de la Judería, se hace como un lugar ideal para descansar incluso de día, donde el trajín turístico es importante.
Pero además, su situación se convierte en un punto de partida de lo más idóneo para conocer la ciudad, e incluso desplazarnos a la zona comercial del centro.
Su personal es muy atento, correcto y servicial, aunque nuestro trato fue con ellos mínimo, sí que podemos decir que fue satisfactorio.
Como única pega, debo poner su precio es algo elevado, pero un fin de semana romántico en el corazón de Córdoba bien lo vale en este precioso establecimiento, dónde te sentirás mejor que en tu propia casa.
Posee garaje, pero su precio (20 euros) unido a la dificultad de acceder por las calles del centro, más nuestro desconocimiento, hizo que prefiriéramos dejar nuestro coche estacionado en una Avenida cerca del Hospital de la Cruz Roja y no muy retirado del hotel.