El Vilanova Resort de Albufeira es un amplio establecimiento hotelero, unas vacaciones con mucha marcha.
No lo recomendaría para unas vacaciones tranquilas. Nosotros estuvimos un fin de semana y fue como estar un mes. Marché cansada de tanta fiesta, tanto ruido y tanto desmadre.
Dudo mucho que volvamos a este apartahotel donde la limpieza brillaba por su ausencia. Yo misma tuve que limpiar nuestro apartamento. Casi me muero de asco cuando descubrí en una esquina de la habitación cucarachas.
Las deficiencias brillaban por doquier. En la piscina, por ejemplo, no había socorristas. Menos mal que fuimos sin la niña. Aquella piscina no era nada segura para los niños con sus tres metros de profundidad. Tampoco era para mayores porque el agua se veía sucia. Yo ni la probé. También pasé de las hamacas, igual de sucias que había en los alrededores. Ni siquiera me aomar nada en el chiringuito que habían montado junto a la piscina.
El colchón de nuestra cama era para no dormir. Duro y viejo. La segunda noche la pasamos en el sofá-cama.
La televisión funcionaba peor que una escopeta de feria. No me extraña proque era viejísima.
Siguiendo con las desventajas tengo que citar el desastre de cocina de nuestro apartamento. No había microoondas y el hornillo parece que tenía vida propia. Un desastre.
Todos estos desastres se sumaban a las fiestas que organizaban nuestros vecinos de apartamento. Dormir era imposible. poco más podías descansar. Allí los ruidos son continuos.
Lo único que me gustó fue la playa que había en las proximidades. También había algún que otro restaurante interesante. Y para de contar.