En un pueblo de Valladolid, cercano a Peñafiel y cuyo nombre es Curiel , esta situado en un peñasco al que se accede por una carretera llena de piedras al principio , luego con un camino mejor asfaltado y siempre en cuesta , un castillo que se ha restaurado como hotel .
Aparcamos el coche , muy cerca de la puerta , y en ella una armadura de un soldado que nos invita a pasar , o bien usas las escaleras o bien coges el ascnsor para subir a la primera planta donde se encuentra el recibidor , pequeño , donde nos recibe con una sonrisa el chico que nos atendió por teléfono, siempre agradable y muy amable en todo lo qu ele preguntamos , una vez confirmamos la reserva , nos llevo a la habitación , por el camino un montón de decoración de época donde vimos muchos tronos , que hacen las funciones de sofás donde uno puede sentarse y sentirse como una reina o un rey , pasamos por un patio precioso con una fuente justo en medio y en cuya agua podemos ver peces de colores , nos lleva a la habitación y nos parece anécdotico que cada habitación tiene el nombre de uno de los reyes que allí vivió , a nosotros nos tocó Doña Berenguela "La grande" y la verdad fue abrir la habitación y quedarnos alucinados lo preciosa que era , una cama digna de reyes , enorme , unos sofas que bien podian pasar por tronos , un divan , como si de un psicólogo se tratara, la televisión , la caja fuerte , una escalerillas que daban a una ventana que asomandote veias la pradera que rodea el peñasco , y el baño , el cual segun abres , encuentras la modernidad por que claro el water en aquella época no habia pero tengo que decir que es con una decoracion supermoderna y preciosa , donde estab todo lo que te dan de higiene de regalo los hoteles de todos los sitios .
Dejas la ropa en el armarito empotrado que hay , y salimos fuera , vamos a ver un poco el hotel y resulta que hay un salon con relojes antiguos , radios antiguas , cuadros , una maqueta y mucha decoración , junto a este se encuentra el restaurante tambien precioso , y donde las cenas estaban buenisimas , comes y cenas de maravilla , eso si tengo que decir que es carilla la comida pero merece la pena pasar un fin de semana con tu pareja allí y disfrutar del romanticismo del lugar , pero el desayuno que entra con el alojamiento esta buenisimo , puedes comer muchas cosas , sobre todo desayuno mediterraneo , y la atención del hotel y de los camareros buenisima .
Arriba del todo tiene una terraza preciosa , con una piscinilla y un solarium donde puede uno tomar el sol , ademas con unas vistas del pueblo preciosas , ademas de algunas cosillas que se pueden ver en él, además cerca de nuestra habitación habia una especie de capillita donde se suelen celebrar alguna boda familiar o alguna misa pequeña , en ella podemos encontrar a la moreneta .
Cerca del lugar esta el pueblo de Peñafiel ,a unos siete kilómetros, que es de visita obligatoria , sobre todo por el castillo que allí podeis encontrar .
Todo el fin de semana me salio por 330 euros , ni caro ni barato para el fin de semana entrañable que fue .