Lo primero que te llama la atención es su envase, un original símil al bambú, como indica su nombre, en un color verde muy oscuro, no es llamtivo pero original y correcto. Lo peor es que el tapón no termina de encajar a la primera y causa problemas de "cerrado".
Lo segundo que destaca de esta colonia es su profundidad y delicadeza, es de ese tipo de fragancias que se hacen tuyas con facilidad, ya la primera vez que la usas te marca y poco a poco te lleva con ella, te impregna y se vuelve tuya. Es fácil personalizarlo con tu propio aroma personal y a los pocos días ya lo consideras tuyo.
Poco a poco me he ido impregnando de su aroma, mi persona, mi casa o mi armario, cosa que resulta muy agradable y hace que tu habitación, tu armario, tu ropa, tú mismo y lo que te rodea tenga un "aroma especial" como dicen quienes se acercan. Todo esto te marca tanto que hay quien ya es capaz de recordarme sólo oliendo esta colonia.
La aconsejo para quien no le gusten los aromas excesivos en intensidad o demasiado remarcados, de cualquier forma su suavidad no está reñida con la perdurabilidad. Sus detalles de madera o tabaco no son molestos como en algunos otros perfumes y tiene un fondo fresco que hace que sirva para cualquier hora del día (aunque ese predominio del tabaco o la madera lo hace un grandísimo aroma nocturno)
La gama dispone de gel y desodorante, de buena calidad, con el mismo fondo de aroma para no mezclar.
Tiene un precio razonable aunque no barato, es cierto que no es del montón (aunque la vendan en Mercadona) por lo que entre su marca y su calidad algo más hay que pagar aunque considero que es un precio razonable. Sus 19 euros por un frasco con atomizador de 50 mililitros no es ni cari no barato.