Pues amig@s, quién no conoce las riquísimas porciones de los quesitos El Caserío? Se comen a pequeños mordiscos para saborear y obtener esa gran sensación de placer en el paladar.
Son ideales para los niños, pero también para los mayores, para todo el mundo en general. Pequeños bocados y gran alimento. Y es que el que no se fía del Caserío, no sabe bien lo que está haciendo. Es pura calidad.
También están las lonchas para los sándwiches, pero aún así, siendo igual de buenas, yo creo que no es lo mismo. Las porciones son toda una gozada, un delicado placer que se disuelve en el paladar lentamente….
Hasta el arte de quitarles la envoltura que traen es todo un proceso. Mientras, la boca se te va haciendo agua, después muerdes esa punta de la porción y notas su cremosidad, su delicado sabor, y te das cuenta de que estás comiendo uno de los quesos más exquisitos que existen.
Pero claro, no sólo puede ser placer, también han de alimentar, y qué mejor que una porción o dos de estos quesitos para darle de merienda a nuestros pequeños. Lo comen sin darse ni cuenta, pero su estómago queda bien alimentado.
Al ser un producto lácteo, esto les conlleva una serie de ventajas que supone: calcio, vitaminas y proteínas de la leche. El calcio que les proporciona es indispensable para el crecimiento de sus pequeños huesos; las vitaminas y la proteína les terminan de completar uno de los alimentos que más desean los niños.
Y si hablamos de niños que son malos comedores, o que no les guste la leche, aquí y con este producto alimenticio estamos asegurando una ingesta al pequeño muy esencial para su robustez y fortalecimiento.
Los envases de El Caserío son de forma circular de cartón. En cada una hay 8, 16 o 24 porciones, todas envueltas individualmente con papel de aluminio fino, y sobre éste, la marca dibujada, la información nutricional.
Yo siempre compro la grande, pues me sale mucho mejor de precio y además, como se consumen enseguida, para qué comprar menos?
Ahora bien, también tengo que decir que no sólo los utilizo para comer así sencillamente, pues en los purés, sobre todo de calabacín o calabaza, quedan exquisitos. Le dan un toque muy especial y una suavidad que sin estos quesitos no serían los mismos. También los uso para darle un poco más de sabor a los bocatas, sandwiches, tostadas, postres, etc.
Y es que realmente los tengo siempre a mano para todo, por eso os los recomiendo.