Esta es la pizza más “sana “ de todas las variedades de Doctor Oetker y seguramente la que menos engorde y encima está buena, así que merece la pena comprarla, aunque en un primer momento pueda parecer poco atractiva, sobre todo para aquellas personas a las que no les guste la verdura, como es mi caso.
Yo la compré por mi novio, porque está intentando cuidarse, aunque para eso la pizza no es muy recomendable, pero mejor espinacas que algo grasiento.
Esta pizza es de las congeladas y recomiendan meterla en el horno – previamente precalentado – sin descongelar. Entonces se ve un montón el queso, pero a medida que se va haciendo se ven mucho mas las espinacas, por lo que cuando la sacas del horno la pizza es tremendamente verde, lo que me produjo bastante rechazo ya que, como os he dicho, no me gusta la verdura.
Sin embargo, al probarla me sorprendió mucho tanto el sabor como la textura. Me esperaba algo fibroso, por el tema de las espinacas, pero que va, es una especie de pasta suavecita y homogénea, muy bien mezclada con el queso.
La verdad es que tiene muy poco sabor, pero está rica. Es muy digerible y, al contrario de lo que suele ocurrir con otras pizzas, no resulta nada pesada, aunque nosotros nos comimos media pizza cada uno.
La masa es otro punto a favor. Todas las pizzas de esta marca tienen una masa perfecta, crujiente en su justa medida, ni mucho ni poco, casi como la de una pizza comprada en un restaurante.
Es muy fácil encontrar esta marca de pizzas y esta variedad también. La tienen en la mayoría de los supermercados y casi siempre la he visto al mismo precio, a 2,89 euros, aunque muchas veces la tienen de oferta, a segunda unidad a mitad de precio o a 3x2, que es cuando hay que aprovechar para comprar.