Las rosquillas de esta marca tanto en su versión normal como en su versión chocolate, son los auténticos, genuinos e inimitables Donuts.
Pese a que le han salido multitud de imitadores y la propia marca ha intentado reinventar el producto, para mi no existe más donuts que los antes citados.
Su sabor inconfundible y su textura esponjosa han sido capaz de otorgarme caprichos bastante placenteros.
Algo que me es bastante grato es su presentación, que en el formato de dos rosquillas me parece ideal para llevar, mientras que los mayores, pueden estar bien para compartir o en su defecto para degustar en nuestro hogar.
Sin embargo hay algo que no me satisface de este producto, que es su precio, el cual me parece un poco elevado en función de la cantidad de producto que no de la calidad.
Dicho lo anterior, no puedo más que recomendarlo, pues es un habitual en mi alacena, eso sí, con un consumo moderado, pues no debemos olvidar que se trata de bollería industrial, aunque no se trata de la más insana ni mucho menos.