En el número 7 de la Rue Grenelle, un lujoso inmueble de París, vive Paloma, una solitaria niña de doce años, delgaducha y con gafas de montura rosa. Allí trabaja como portera Renée. Una mujer de apariencia vulgar pero inteligente y muy culta.
La llegada al inmueble de un hombre misterioso (un japonés jubilado) propiciará el encuentro de estas dos almas gemelas...
El libro, escrito por Muriel Barbery, no me enganchó desde el primer momento. Tardó más de cien páginas en atraparme, aunque al final, lo he disfrutado una barbaridad. Tal vez, la falta de "enganche" se debe a que recoge reflexiones sobre diferentes temas habituales en la filosofía que se van uniendo a lo largo de la historia, que por otro lado, tiene una trama muy sencilla. Al final, se trata de una novela emotiva, tierna, y es todo un canto a la vida.
Lo más emocionante de él es la maravillosa amistad que surge entre Renée y Paloma, que va más allá de la edad y de la estratificación social.
Conclusión: Una novela tierna que ataca directamente la superficialidad, con momentos hilarantes, frases y párrafos para reflexionar y un final, poco original y demasiado triste para mi gusto.