La pastilla de jabón de toda la vida. Inconfundible su logotipo, su color y su aroma. Lo malo de los jabones en pastilla, y este no es una excepción, es que acaban guarreados, la jabonera sucia y llena de moho y todo hecho un asco. Es por eso que prefiero los jabones líquidos.
Además, otra pega general a los jabones en pastilla suele ser su falta de jabonosidad, aunque en este caso eso no ocurre. Si te mojas bien las manos y frotas la pastilla de heno de pravia consigues bastante espuma, no es para tirar cohetes pero te lavas las manos son problemas. Y las manos se quedarán suaves e hidratadas, y con un olor bastante agradable, que recuerda un poco a la colonia del mismo nombre pero menos dulzona. Y menos mal, no me imagino ese olor en mis manos. No podría ni comer!!!
Es un producto que dura muchísimo. Al final lo tiras porque se queda chuchurrío a fuerza de tanto frotarlo para sacar espuma, pero no porque se acabe. Es una pena, pero termina quedándose como blandengue y al final da como asquito, así que lo tiras. Tampoco es una pérdida tan grande. La pastilla no llega a dos euros, te puedes permitir reponerla cada 3 meses mas o menos.