Me sorprendió que el Hotel La Noria resultara tan ruidoso por las noches. Es cierto que está en pleno centro de Lepe, pero una pensaba que en una población pequeña no podía haber tantos ruidos.
También me defraudó lo mal que funcionaba el aire acondicionado. Casi nos asamos por la noche. Ni siquiera abriendo las ventanas podías respirar. Recuerdo que yo me tenía que abanicar porque me asfixiaba literalmente.
Nuestra habitación podría estar mejor. Era grande, pero se había quedado desfasada. Necesitaba una reforma. Sólo pudimos contarón nuevo y cómodo en nuestra antigua cama de matrimonio, tan antigua como el armario y el resto del mobiliario del cuarto.
La misma antigëedad encontramos en los sanitarios del cuarto de baño. Pero estaba todo muy limpio gracias a un personal eficiente y amable que estaba estaba siempre pendiente de los clientes y era muy simpático con los niños. A mis hijas las tenían ganadas con carantoñas y caramelos.
Pese a todo casi volvería porque la ubicación del hotel es muy buena. Desde Lepe te queda cerca Isla Cristina, un sitio que merece una visita.
Por lo que no volvería es por el desayuno. Era escuálido. Café y tostadas. Mi marido salió con hambre. Sólo desayunamos un día. El resto de la semana fuimos a desayunar y a comer y cenar por los alrededores del hotel. Hay buenos restaurantes por la zona. El mismo personal del hotel te daba información sobre donde podías comer bien a un precio razonable.