El Hotel Los Omeyas, ubicado en el mismísimo barro judío de Córdoba, constituye una opción de alojamiento excelente para moverse por el casco viejo de una ciudad como Córdoba. Si además, tenemos en cuenta que Córdoba es una ciudad pequeña que puede patearse a pie, la situación de Los Omeya, a sólo cincuenta metros de la Mezquita, es su principal punto positivo. Eso, sí, hay que considerar el hecho de que aquellos que se desplacen a la ciudad en su coche, no pueden llegar a la puerta del hotel con él dado que el tráfico en esa zona está muy restringido y el parking del hotel se encuentra a unos doscientos cincuenta metros del mismo.
Este hotel, de dos estrellas de categoría precio bastante razonable, se encuentra en un edificio de color blanco que no llama especialmente la atención. Una vez dentro del mismo, la recepción (que no es muy amplia, pero funciona las veinticuatro horas y tiene un personal bastante agradable), se encuentra a la derecha. A continuación, una pequeña cafetería que da paso al patio, al que dan la mayoría de las habitaciones del hotel.
Nuestra habitación:
Cuando me alojé en Los Omeyas, me desplacé a Córdoba con una compañera de trabajo para realizar un cursillo, por lo que ambas decidimos compartir una habitación doble. Dicha habitación y su cuarto de baño, eran bastante amplios para lo que suelen ser los hoteles urbanos y estaban muy limpios. La habitación daba al patio y su decoración era muy sencilla y un tanto anticuada, con la excepción de una televisión LCD y la conexión wifi gratuita en todo el hotel. Con todo, lo peor era lo ruidosa que era, especialmente en el momento del desayuno que se sirve en la planta baja, ya que el grupo de jubilados con los que coincidimos era especialmente escandaloso a las siete y media de la mañana.
El hotel no dispone de restaurante, algo que no supuso ningún problema para nosotras, que elegimos la opción de solo alojamiento, ya que la oferta hostelera de Córdoba nos parecía lo suficientemente tentadora como para investigar por nuestra cuenta y disfrutar de los bares y restaurantes de la ciudad.
Conclusión:
Un hotelito de dos estrellas con buena relación calidad/precio. Lo recomiendo para viajes de trabajo o personas con un presupuesto muy ajustado. Para escapadas románticas o en familia, existen mejores opciones en Córdoba.