Uno de los paradores donde mejor me he sentido fue en el Parador de Ávila, ubicado en pleno centro de la ciudad, en un edificio del siglo XVI.
Pasé allí con mi marido un fin de semana romántico. El edificio es precioso tanto por dentro como por fuera. Se trata de un palacio muy bien conservado, el Palacio de Piedras Albas, justo al ladito de la muralla.
Me gustó mucho como lo han adecuado a los tiempos modernos. No le faltan comodidades, pero no ha perdido su carácter de edificio de otros tiempos en la remodelación. Suelos de granito, ventanas por las que entra la luz a raudales te hacen sentir como en un palacio del siglo XVI.
Nuestra habitación era amplia. Estuvimos dos días sin estrecheces de espacio en un cuarto en el que predominaban los tonos claros, a diferencia de la decoración de las zonas comunes donde habían optado por una decoración de colores más vistosos. La de un salón interior que había cerca del patio tenía mucho de rojo igual que la de otros salones de uso común.
La conexión a Internet que disfrutamos en nuestra habitación iba de cine. Lo mismo puedo decir del televisor de plasma.
Yo pasé mucho tiempo en el jardín. Mi marido se dejó la tarjeta en la tienda de regalos. Me llamó la atención que hubiera una porque no son habituales en los paradores.
Fuimos con nuestro coche. No tuvimos problemas para aparcar porque el parador tiene parking. El coche no lo usamos para desplazarnos por la ciudad porque todo te queda a mano. La catedral, por ejemplo, está a menos de cinco minutos de caminata.
Comimos y desayunamos en el parador. No era para menos porque te ofrecían unos menús de cocina de la zona deliciosos. El chuletón de ternera que preparaban en el restaurante era para chuparse los dedos. Lo mismo puedo decir de las yemas de Santa Teresa, un postre que hizo las delicias de mi marido. Yo no olvidaré nunca las judías que me sirvieron. Estaban mejor que las que prepara mi madre. Judías de El Barco les llamaban.
Yo volvería al Parador de Ávila sólo por la gastronomía. Vale la pena. Además no te sale tan caro porque puedes tirar de menú degustación y, si llevas niños, te cobran sólo la mitad, es decir, te hacen descuentos del 50% en sus comidas.