El gel durex efecto frescor es un producto que decidí comprar después de probar el de efecto calor, para variar, y menuda metedura de pata pues no me ha gustado nada, con lo que me he gastado 8 euros para tenerlo aparcado en el cajón.
POR QUE NO ME GUSTA
Por un lado está su marcado olor a menta, que es tan intenso que llega a desconcentrar. Si a eso se le suma que la sensación de frescor es excesiva, este lubricante me corta el rollo a la hora de mantener relaciones sexuales y es que hacer que esa zona se refresque tanto no lo veo muy adecuado. Además, como lubricante deja mucho que desear. Mas que lubricar reseca con lo que la relación sexual se hace incómoda y hasta molesta.
De hecho, justo después de usarlo cogí una infección de orina. Puede que sea una coincidencia, pero tanto frescor no es sano, jaja.
Además, creo que el tamaño es demasiado grande. Son 50 ml y se usa muy poco en cada aplicación, con lo que el producto caduca antes de que lo termines, a menos que seas muy activo y lo uses siempre, pero, aunque el producto me gustara, a mi me gusta variar con lo que no lo usaría cada vez. Es mejor ir alternando.
Por tanto, al final sí o sí vamos a tirar el dinero. Y es que al ser un lubricante no es para dar masajes, su textura es demasiado pegajosa para eso. Sólo es para las zonas anal o vaginal, así que al final tendré que tirarlo casi entero.
Por cierto, su efecto también lo nota la pareja, ese efecto frescor entristece cualquier aparato reproductor, tanto el femenino como el masculino. Una pena que algo que debe ayudar a la excitación haga el efecto contrario.