El único nescafé que me convence es el Nescafé, Café Vienés principalmente por su sabor distinto al Nescafé de toda la vida.
Yo lo preparo en casa de vez en cuando, sobre todo cuando me apetece ir a lo rápido pro falta de tiempo.
Lo preparas en un visto y no visto. Simplemente echas en leche o en agua caliente los polvos en cuestión y ya lo tienes listo. Ni siquiera es necesario que el agua esté hirviendo, basta con que esté caliente. No hay nada más rápido.
Me gusta su sabor como a café achocolatado. Es un sabor distinto al del café normal, pero está rico. En casa lo tomamos tanto yo como mi marido.
Lo malo es su precio. La caja de 8 sobres de 18 gramos cada uno cuesta 2,85 euros. Me parece caro. Si echas cuentas el kilo sale en casi veinte euros y es mucho pagar por un kilo de sustitutivo de café. Yo prefiero dejarlo en un sobre por taza.
La mayor ventaja que le encuentro es lo fácil que resulta su preparación. Acabas rapidísimo. Es perfecto para los hombres que, como mi marido, no se entienden muy bien con las cafeteras. Con este Nescafé, Café Vienés calientas una poca agua en un cazo y ya puedes prepararte un café achocolatado. Si lo quieres con más sabor, pones dos sobres, que es lo que hace mi marido.