Estuvimos en el Hotel Spa Oca Galatea en Sanxenxo una semanita con las niñas buscando tranquilidad y un entorno natural con muchas playas.
Es un hotel que está a unos 74 kilómetros del aeropuerto de Santiago. Te queda mucho más cerca el aeropuerto de Vigo, a 45 kilómetros. Pero nosotros no llegamos en avión sino en nuestro coche. Es lo más práctico porque así tienes el tema de la movilidad solucionada durante la estancia.
Estamos hablando de un cuatro estrellas que no cuida mucho su decoración. La decoración de nuestra habitación parecía la de la casa de mi madre. Mezclaba unos sillones de color azul subido con unas colchas de estampado antiguo y la habitación no era muy amplia. Más me gustó el cuarto de baño pese a que tenía el secador del pelo más atado que un preso. Menos mal que no me pusieron peros cuando les pedí que me lo desataran porque tal como estaba no podía secarme el pelo.
Nuestra habitación tenía una pequeña terraza con vistas a la piscina. ¿Terraza? Debería decir balcón. Te sentabas en las sillas con el marido y las niñas y te sentías como en el camarote de los hermanos Marx. Poco tiempo estuve yo en la terraza. Menos pasé aún en la piscina a tope de gente. Me fui a las playas. La de la Lanzada nos quedaba cerca y es mi playa favorita en la zona.
Tampoco pasé mucho tiempo conectada a Internet. había que usar una tarjeta prepago y era un rollo. Por lo que no te cobraban era por usar la caja fuerte.
Como os decía, el cuarto de baño sí que estaba a la altura de un hotel de cuatro estrellas. Tenía una bañera hidromasaje fabulosa. Salías nueva. Ah... y había toalleros calientes.
Lo que no usamos fueron las zapatillas y albornoces que nos dejaron. Yo preferí usar las mías. Mi marido intentó enfundarse un albornoz pero no le gustaba como le quedaba y lo dejó.
Pedimos una cuna para Paula. Cuna gratis total, cosa que se agradece. Una está cansada de que te cobren la cuna en muchos hoteles.
Un día nos dejamos caer por el restaurante del hotel. Ponían buena comida, pero no me gustaba la estancia. Era un restaurante que parecía estar improvisado en un local de oficina. Hay buenos restaurantes por la zona con mejor decoración. Yo no puedo comer a gusto cuando no me siento cómoda en el comedor.