El H10 Andalucía Plaza en Marbella es un hotel en el nos alojamos mi marido y yo uno de esos fines de semana que solemos disfrutar viajando sin las niñas. De haberlas llevado no podríamos habernos alojado en este hotel porque no admiten menores de 17 años.
Su ubicación es excelente. Podías ir andando a Puerto Banus. Quedaba a unos 400 metros del hotel. También podías ir andando hasta la playa. Nosotros no utilizamos el coche para nada.
Nos dieron una habitación que tenía wi-fi gratis. No todas las habitaciones lo tenían. En una que estaban alojados unos amigos nuestros carecían de conexión a Internet gratuita. Donde sí podías conectarte gratis a Internet con tu portátil era en las estancias comunes.
Me encantó la piscina. Era amplia y con una forma de laguna que la hacía muy original. No se quedaba en una piscina normal y corriente de hotel. Las palmeras que la rodeaban la integraban en la naturaleza. Pasé más tiempo en la zona de la piscina del que suelo pasar en otros hoteles. Yo soy más de playa. Pero la piscina del H10 Andalucía Plaza en Marbella era sencillamente genial. Hasta tenía al lado un bar.
Nos en este hotel. Tenían varios bares, uno de ellos ofrecía música en directo.
Mi marido estuvo tiempo y tiempo en el gimnasio. Yo visité el spa donde había un jacuzzi y un baño turco que hizo mis delicias. Última tengo debilidad por los baños turcos.
Nuestra habitación estaba en la planta más alta. Allí estaban las mejores habitaciones, las que habían sido redecoradas recientemente con estilo vanguardista igual que muchas estancias comunes del hotel.
No es que fuera una habitación lujosa, pero su decoración tan innovadora en color blanco predominante hacía que te sintieras cómoda. Nuestro cuarto de baño, por ejemplo no era grande, pero estaba impecablemente limpio y ordenado. Los sanitarios eran nuevos. La mampara estaba impoluta. Tenía un espejo muy parecido al de las peluquerías en el que te veías genial para maquillarte.
La habitación nos quedó algo pequeña cuando nos metieron un escritorio que nos hacía mucha falta porque tanto mi marido como yo trabajamos mucho con el ordenador. Tenía nuestro cuarto un pequeño balcón con vistas a la piscina. Las vistas eran más bonitas de noche.
La fachada del hotel no es gran cosa. Lo que sí es bonita es la entrada. Parece que entras a una finca privada.
El hecho de que no admitan niños no lo hace un hotel más tranquilo. Es un hotel de unas 400 habitaciones en el que hay clientes que meten barullo. Me parece una tontería que no acepten niños. Yo he estado en hoteles con mucha chiquillería en los que había menos ruido de noche que en este hotel.