Nunca olvidaré los días que pasé con mi pareja y con nuestros niños en la casa Naya de Ibiza. Es tal como se llama: una casa en la que puedes disfrutar las vacaciones como si estuvieras en un palacio.
No es que tenga grandes lujos. Su mayor ventaja es lo acoulta y lo atentos que son los empleados.
Nos recibieron con un aperitivo de bienvenida cuando llegamos. Ya era noche y junto a la bandeja nos dejaron una vela encendida. Fue genial.
La casa por dentro me recordaba a la casa de mi abuela. Todo muy ordenado en espacios más bien reducidos. Todo impoluto.
Lo que se suponía que era una habitación de matrimonio era una habitación pequeña en lo que sólo era grande el televisor que estaba en un soporte en la pared. No parecía mucho una habitación de matrimonio porque la decoración en blanco y rosa recordaba la decoración de soltera en casa de mi madre.
Las otras habitaciones que alquilamos para los niños eran casi diminutas. Lo mismo puedo decir del pequeño salón que había, con una chimenea que más que chimenea era un fogón.
Más lujo encontrabas en las instalaciones comunes. El gimnasio no era grande, pero no estaba falto de aparataje. La piscina, en mitad de un jardín frondoso y cuidado, estaba muy bien. También estuvo bien que no nos cobraran la conexión wi fi.
Esta Casa Naya está peas vacaciones familiares. Como tienen servicio de canguro puedes salir con tu pareja tranquila porque sabes que el niño suyo y las niñas mías quedan bien cuidadas.
Otro motivo por el que elegimos esta casa fue porque admiten animales. Mis hijas tienen un perrito del que no se separan. Ellas sin Breo no van a ninguna parte.
Esta Casa Naya está en plena naturaleza, en medio de un monte de pinos, donde tienes pocos vecinos y toda la tranquilidad del mundo mundial.