Este es uno de esos aparatos que suelen llegar a una casa porque alguien lo regala, no por decisión propia de quien lo recibe y es que no deja de ser un poco trasto en casa, sobre todo si no eres muy aficionado a las palomitas o si no tienes demasiados armarios en la cocina y lo tienes que guardar en un sitio menos accesible, con lo que al final no lo usarás por no sacarlo y meterlo.
Sin embargo he de reconocer que es un aparato que hace unas palomitas muy sanas y es que su funcionamiento no permite echar ningún aditivo al maíz. Simplemente es la palomita sin mas. Después le puedes poner sal, pero no la coge muy bien, así que el resultado son palomitas calentitas, perfectas pero algo insípidas.
El palomitero no es muy grande, pero en mi casa es un trasto porque nunca lo uso precisamente por lo insípido del resultado.
El modo de empleo es sencillísimo: Enchufas, enciendes y comienza a girar a la vez que coge temperatura. Debes echar los granos de maíz poco a poco si no quieres que empiecen a explotar todos a la vez y es que la salida no es demasiado grande y puede obstruirse, o bien comienzan a salir demasiado rápido y no todas las palomitas salen en la misma dirección. Al final parece la caza de la palomita, jaja.
La limpieza también es sencillísima y es que como no hay grasa ni nada por el estilo, basta pasar un trapo para quitar los restos que han podido quedar. Eso si, hay que esperar un poquito a que el aparato se enfríe y es que el interior es de metal y retiene el calor durante un buen rato.
En resumen, un aparato que sólo recomiendo para los forofos de las palomitas y que no les importe que no sepan demasiado.