Una pomada que nunca falta en mi botiquín casero es la Mitosyl, una pomada de textura untosa que te aplicas sobre una quemadura sin importancia o sobre una rozadura y las tienes curadas en menos de una semana.
Yo la use mucho para las rozaduras del pañal de mis gemelas. Fue cuando empecé a usar esta pomada por recomendación del farmacéutico. Era como mano de santo en los culitos de mis niñas.
Un día me la apliqué en una salpicadura de aceite de la sartén y me resultó igual de efectiva. La quemadura se me curó sin dejarme ninguna marca en el brazo. Me la ponía dos veces al día, siempre una cantidad generosa y dejaba el brazo al aire libre, sin tapar con ninguna gasa. Así lo hice durante cuatro días y al cuarto día ya no tenía ni marca.
Es una pomada bastante untosa, pero mi piel la absorbe muy bien.
No es barata. El tubo de 65 gramos me costó la última vez 7,25 euros y en mi casa pronto va a menos porque entre las niñas y servidora acabamos con el tubo enseguida.
A mí me resulta muy eficaz también para las rozaduras del sujetador en verano, que es cuando se me producen por el sudor. Algunas veces me la tengo puesto de manera preventiva para que no me saliera tanta rozadura. También me dio resultado.
Yo estoy encantada con esta pomada que encuentras a vender en todas las farmacias. Es de lo mejorcito tanto para las pequeñas quemaduras domésticas sin importancia como para rozaduras del pañal o de la ropa en general. Incluso me ha ido bien para curar rozaduras de los zapatos.