Cuando empecé a ver Vive cantando en Antena 3 pensé que iba a ser una serie positiva pese a haberse iniciado con la muerte de la hermana de la protagonista principal. Me equivoqué. Estos últimos capítulos me han dejado por los suelos.
Es una serie de perdedores. Ningún personaje de la serie sale triunfante. Hasta la familia del concejal, la que es perfecta, tiene que afrontar los cuernos del marido, el embarazo de mellizos de la hija, el accidente de moto del hijo que lo deja sin su ansiado fichaje por un equipo de Primera División.
El que más pena da es el dueño del karaoke que está prendado por Trini, la protagonista principal, una aspirante a cantante que nunca ha pasado de una orquesta de pueblos. Juanjo intenta volver con Trini y sólo consigue acabar cornudo y con problemas de salud. Trini se lía con el chico que le gusta a su sobrina. Un desastre.
Yo esta serie se la dejaba ver a las niñas, pero he optado por no ponérsela porque me las mata de pena. Todas son tristezas en las familias que protagonizan la serie.
María Castro, la actriz que interpreta a Trini, lo hace bien. Lo mismo puedo decir del actor que interpreta a Juanjo. pero hay actores que flojean. Por ejemplo, María José, quien en su papel de adolescente embarazada parece una chica de treinta años disfrazada.
Lo peor es el guión. Los guionistas deben ser unos amargados porque sólo saben escribir calamidades. Ahora Trini parece que va a volver a su orquesta. Esperemos que desde aquí en adelante la serie mejore.