El restaurante Ginger de Madrid ofrece cocina tradicional con unos toques modernos que los hacen más apetecibles para las personas que no queremos comer siempre lo mismo.
Es un restaurante que te queda muy a mano. Está en las proximidades de la calle Atocha.
Lo que mejor preparan es la carne de buey. Aunque no te guste mucho, como es mi casa, la preparan tan bien, que te la hacen apetecible. El carpaccio de buey con vinagreta de lima está delicioso. Además te lo sirven en grandes cantidades, sin escatimar.
Menos me gustan los pescados en este restaurante. Por ejemplo el bacalao que hacen en risotto no me va. Lo pedí una vez y nunca más. Me lo pusieron con unas olivas negras que me tiraban para atrás nada más verlas. Encima estaba salado a más no poder.
En este restaurante son generosos con la sal en todos los platos.
La ventaja es el precio. A nosotros nos salió la última vez la comida a 16 euros por cabeza y era un sábado. Tienen unos precios razonables.
Otras ventajas que destacaría es la amabilidad del personal y la decoración agradable del local.
A mi marido le gusta mucho este restaurante. Si no vamos más es porque suele estar hasta los topes y no admiten reservas. Si encuentras mesa libre bien, y, sino hay que esperar o ir a otro restaurante a comer.