Los polvos sueltos sirven para matificar el maquillaje sin cubrir. También ayudan a que la base de maquillaje dure mas tiempo y, aunque algunos de ellos tienen tono, yo prefiero los polvos sueltos invisibles y, después de mucho buscar, por fin los encontré en clinique, son los polvos sueltos número 20, aunque hay otros 3 o cuatro tonos con las mismas características, sólo que además aportan un poco de tono a la piel.
Estos polvos sueltos son muy ligeritos, tanto que quedan inapreciables en el rostro. Simplemente sirven para que la base de maquillaje quede totalmente mate.
La única pega que les pongo es el uso. Aunque vienen con una brochita dentro de la caja, ésta no cabe en el mismo tarro de los polvos y como yo soy un desastre, tiendo a perderla y me vuelvo loca buscándola para usarlos.
Una vez que la he encontrado el uso es muy sencillo. El frasco está como dividido en dos: En la parte de abajo están los polvos sueltos y en la de arriba, sobre una rejilla, están los polvos sueltos que vamos a usar cada vez y es que hay que girar un poco el tarro con la tapa puesta (como si fuera un salero) para que la zona de arriba se vaya llenando de polvos.
El acabado es super natural pues ya os digo que no cubren, pero ayudan a dejar la piel mate y el tono uniforme. Parece que no llevas nada pero tu piel queda impecable, unificada y con un aspecto sedoso.
El precio me parece un poco alto, 35 euros, pero es que viene muchísima cantidad. Creo que tendrían que venir menos pues creo que no lo acabaré jamás. También he de reconocer que no lo uso a diario pues suelo preferir los polvos compactos. Son más cómodos, no hay que andar volcando el bote para que salgan los polvos.