Nuca me gustó la crema Nivea con la que mi madre nos embadurnaba a mí y a mi hermana cuando eramos niñas. Mi piel nunca absorbió bien esta crema de textura densa.
Pese a todo siempre tengo en casa una lata de Nivea porque a mi madre le encanta y echa mano de ella hasta para bajar a la playa a tomar el sol, cosa que no es nada recomendable. La crema Nivea no cuenta con factor de protección solar.
La siguen vendiendo en latas azules de distintos tamaños. La encuentras a vender en supermercados, droguerías, perfumerías, grandes superficies,... Es un clásico.
La lata me gusta. No rompe aunque caiga al suelo.
También me gusta el color blanco que tiene la crema. Te deja sensación de limpieza y a ello también contribuye el aroma que tiene. Huele a Nivea, como dice mi madre.
La piel me la deja bien hidratada, pero con sensación de pringosidad. Me cuesta extenderla al ser tan densa.
La tengo mezclado con cremas más fluidas, como la Dove, por ejemplo para alargar la vida de tarros de cremas hidratantes que se me están acabando. Así sí que me gusta. La mezclas con una crema fluida y se vuelve más fácil de aplicar.
Pese a todo os la recomiendo. La Nivea es una crema que se puede considerar un clásico. Mi madre ya la compraba cuando yo era una niña y sigue siendo fiel a ella. Yo, como os he dicho, no le soy tan fiel. Nunca me gustaron las cremas con una textura tan densa como la Nivea de lata. Prefiero cremas más fluidas.