El Hotel Sol Príncipe, Torremolinos está justo en el paseo marítimo, en la playa de Playamar y la zona comercial de la ciudad. A unos 8 kilómetros te queda el aeropuerto de Málaga.
Es un cuatro estrellas enorme. En total tiene 799 habitaciones en tres edificios. Nuestra habitación tenía vistas al mar y a la piscina y una terracita preciosa.
Nosotros cogimos un apartamento, pero también había habitaciones individuales. Compensa pillar un apartamento, sobre todo si llevas niños, porque te ahorrar una pasta preparando tú misma la comida en la cocinita. Los productos para cocinar los puedes comprar en el supermercado del hotel. Realmente en el hotel puedes comprar de todo. Tienen una galería comercial en la que servidora se fundió la tarjeta comprando regalos de última hora para mi madre y mi suegra.
El hotel lo disfrutaron más los niños que nosotros. Tanto mis hijas como el hijo de mi chico se volvieron locos con los Picapiedra. Los llevamos un día al restaurante de los Picapiedra y después querían ir siempre.
Piscinas había unas cinco por lo menos. Yo no las frecuenté mucho porque soy de playa. Frecuenté más el jardín donde estaban las tumbonas y desde donde se veía jugar a la petanca.
Nuestro apartamento no era nada lujoso. Tenía una decoración de piso pobre, pero no nos faltaba de nada. Lo que más me gustaba era el armario grande que teníamos en nuestro cuarto. Me cabía toda la ropa sin estrecheces.
El cuarto de baño era lo que más me gustaba del apartamento. Mucho mármol, sanitarios nuevos, espejo de aumento y una bañera grande.
En este hotel no te aburres. Tienes un montón de actividades tanto para padres como para hijos. Que te entretengan a los más pequeños de la casa es una gran ventaja. Lo que más gracia les hacía a nuestros niños era cruzarse con los Picapiedra.
La limpieza es total. Todos los días nos dejaban el apartamento limpio como los chorros del oro.
El Hotel Sol Príncipe de Torremolinos es, pues, muy recomendable para unas vacaciones familiares de sol y playa con niños.