Hay hoteles lujosos que no me convencen. Tal es el caso del Renaissance Mayflower Hotel Washington DC donde me aloje con mi pareja para hacer turismo por la capital americana. Es un hotel muy caro que tiene unas deficiencias considerables.
Lo único que vale la pena es su ubicación. Todo te queda a mano. Puedes moverte por la zona de más interés andando. Es lo mejor. Alquilar un coche sale muy caro, sobre todo si lo dejas en el carísimo parking del hotel.
Nosotros nos desplazamos andando y en bus urbano. El bus tiene la parada cerca de la puerta de este hotel histórico.
Me gustaron las estancias comunes con mucha lámpara de araña y alfombra de otros tiempos. Menos me gustó nuestra habitación. Le sobraban los suelos de moqueta por muy limpios que estuvieran. El cuarto de baño me tiró para atrás cuando vi una cortina en la bañera. Ni que decir que la quité. Las cortinas en bañeras siempre me dan asco.
Otra deficiencia fue que careciese de conexión wi fi gratuita en la habitación. Tenías que bajar a recepción para conectarte gratis. En recepción los empleados no eran muy amables. parecía que te miraban con cara de asco desde los botones hasta la chica que cogía el teléfono. Mi pareja decía que lo hacían porque íbamos en vaqueros. ¿Cómo íbamos a ir para callejear por la capital de EEUU?...
No quedamos a desayunar. Después de saber que clavaban un patón por el parking, pasé de saber cuánto cobraban por un desayuno continental. En la zona hay buenas cafeterías para hacer un desayuno ligero.
El hotel tiene un montón de habitaciones, 586 en concreto. No es nada ruidoso. En nuestra habitación no se oían ruidos de noche pese a que en la habitación de alado había un bebé.