El Hotel Palacio Marques de la Gomera, Sevilla, es un hotel que se encuentra en un antiguo palacio de Osuna, un pueblo precioso.
Nada más entrar te sientes como si entraras en el siglo XVIII. La recepción está en un patio interior donde se encuentras las dependencias comunes.
Nuestra habitación estaba, igual que las habitaciones restantes, en la planta superior. Accedías por medio de una escalera a juego con la arquitectura vistosa de la fachada del edificio.
En este hotel aprovechan todos los espacios. En los pasillos de la planta de las habitaciones tienen sillas para que la gente pueda descansar, sentarse a leer. Las habitaciones son veinte en total, todas ellas distintas. La nuestra era de las más grandes.
Lo que no me gustó fue que los techos de nuestra habitación fueran abuhardillados. Me sentí rara. Era como dormir en un ático.
A mi chico no le llamaba la atención el techo del cuarto sino un arco que había en el medio de la habitación haciendo como dos estancias. Estábamos en un edificio de época, no había duda. Hasta los muebles viejos te lo recordaban. La cama tenía un colchón tan duro que parecía que estabas acostada en una cama que fuera de una criada del palacio.
¿Mas incomodidades? Por supuesto. No había televisor y el acceso a Internet brillaba por su ausencia. Había minibar, eso sí. Ah... y una caja fuerte. Te sentías como hace tres siglos atrás.
Conseguimos conectarnos a Internet en una zona de wi fi gratis que tenían. Menos mal. Si tengo que pasar todo el fin de semana sin correo electrónico me da el patatús. Fijo que abandonaba a mi marido en aquel palacio alejado de mi tiempo.
No creo que vuelvan a tenerme de clienta en el Hotel Palacio Marques de la Gomera. Será un palacio, pero para mí no vale. Yo necesito ciertas comodidades para vivir. Encima te cobraban 10 euros por cada día que dejabas el coche en el parking privado del hotel.