La Posada Real Torre del Mayorazgo es un castillo en medio del campo ideal para alejarte el mundanal ruido durante unos días. Nadie te molesta. Todo es silencio. Puedes ponerte al día con lecturas que tienes atrasadas o terminar de escribir ese libro que no consigues acabar en tu casa.
Nuestra habitación tenia unas vistas preciosas al Espacio Natural de La Serrota. Las mismas magníficas vistas había desde la piscina y desde una sala común que apenas frecuentamos. Yo prefiero hacer vida familiar sin mucha amistad en los lugares a los que viajo.
No es grande esta posada. Nosotros cogimos una suite familiar con dos habitaciones. Así las niñas pudieron tener su propio cuarto como en casa. Bueno, más bien como en una casa inglesa porque las habitaciones tenían chimenea. Ni que decir que no la encendimos. No me parece muy adecuado tener una calefacción de leña donde hay niños.
La decoración es muy rural en todo el interior. Nuestras habitaciones tenían unos techos abuhardillados que no me gustaban nada. Prefiero las decoraciones modernas hasta para casas antiguas como este castillo del siglo XIV. Afortunadamente, no nos faltaron comodidades como un buen televisor de plasma, cocina americana en nuestra suite, caja de seguridad...
En esta Posada Real Torre del Mayorazgo no encuentras lujos. Nuestra cama, por ejemplo, era una cama de matrimonio sin mucha amplitud en madera de pino. A ambos lados había unas mesas redondas de forja que me recordaban las mesas auxiliares más que unas mesillas de noche. No era una habitación muy luminosa. Lo mismo puedo decir de la habitación de mis hijas. La habitación de las niñas todavía me parecía peor. Tenía una alfombra en tonos rojizos que chirriaba con la decoración rústica. Se la quité porque no les hacía falta ninguna. Detrás del cabecero de la cama había una pared de piedra descubierta que me daba dolor de cabeza. El suelo era de madera de pino, igual que el del resto de la suite.
Más me horrorizó el cuarto de baño. Era tal cual una celda de una cárcel de un castillo. Mi marido se partía de risa cuando le decía que estábamos en una prisión. Aquellas paredes de piedra descubierta, aquella bañera blanca encajonada en una especie de ábside, las toallas blancas colocadas en una estantería de hierro, una lámpara igual a las de la habitación enganchada en una pared... Un horror.
Estuvimos dos días y si no marché el primer día fue porque mi marido había pagado todo el fin de semana. De los dos días pasé más tiempo en el jardín que en la habitación. El jardín lo tienen muy bien cuidado.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar la Posada Real Torre del Mayorazgo. tranquilidad tienes toda la del mundo. Sólo había alojados viejos. Esta posada está en las afueras del pueblo, en Villatoro, Ávila.