El Tudanca Hotel, Burgos, es un hotel de estilo castellano tanto por fuera como por dentro. Más que un hotel parece unas casas adosadas.
A nosotros nos dieron una habitación grande de la primera planta con un cuarto de baño bastante decente. Yo me fijo mucho últimamente en los cuartos de baño. Mi marido dice que se me metió en la cabeza la manía de los baños. El de este hotel tenía un plato de ducha que se veía nuevo y lo mismo puedo decir del inodoro y del lavabo. El primer día mi marido rompió uno de los vasos de cristal que nos dejaron en la pileta para colocar los cepillos de diente. Me alegré de viajar solos, no con las niñas. No es una buena idea poner en un cuarto de baño vasos de cristal y menos cuando los huéspedes pueden llevar a sus hijos de corta edad.
Tampoco me resultó nada cómodo el dispensador de gel y champú que había encajado en la pared de la ducha. Me di un par de golpes con el dichoso trasto. Podrían haberlo colocado en otro lado o no ponerlo. Yo no lo necesitaba.
Menos mal que la encimera de cristal que había donde estaban los lavabos era grande. Tuve sitio de sobra para colocar mis propios champús y geles. Nunca uso los del hotel por buenos que sean. Como los míos no hay ningunos para mí.
Debían pensar que nos íbamos a morir de frío porque en unos altillos del armario nos dejaron un repuesto de mantas. Me entró el calor con sólo verlas. A mí no me gusta dormir con cinco mantas encima. Eso es cosa de abuelas.
La habitación tenía un ventanal enorme con vistas a la calle. Menos mal que no daba a una calle ruidosa. No se oían muchos ruidos. Pudimos dormir bien.
La decoración de la habitación era muy de piso barato. Había unos cuadros de flores en las paredes que me recordaron los cuadros que decoran la salita de estar de una de mis tías. Ese tipo de cuadros están bien para hacer acogedora una casa particular. En un hotel quedan pasados de moda.
No nos cobraron por la conexión wi fi de nuestra habitación. Iba mejor que la que tenían en las estancias comunes. Intenté conectarme cuando estaba desayunando y mi tablet fallaba más que una escopeta en un puesto de tiro de la feria.
El parking del hotel no es nada grande. Afortunadamente, no tuvimos problemas para aparcar. Cuando estuvimos nosotros no tenían mucha clientela.
Nosotros estuvimos en el Tudanca II. El hotel viejo está justo al lado. Los lleva la misma empresa. La recepción es la misma para los dos edificios.
La decoración de las estancias comunes me pareció algo triste. Era muy marrón color madera, muy sobra, muy castellana como decía mi marido. Desde luego no puede decirse que el Tudanca Hotel, Burgos, sea un hotel romántico. A mí no me inspira ningún romanticismo. Me parece más un hotel barato en el que puedes pasar unos días cuando andas por la zona y no quieres gastar mucho dinero en el hospedaje. El Tudanca II es más moderno que el viejo Tudanca. Fue lo que nos dijo la chica de recepción. No quiero ni pensar como sería el hotel viejo pareció el II no me pareció muy moderno. Quizá allí consideran moderno que la decoración sea minimalista. Les parecerá zen.
Os recomiendo este hotel para alojaros en Aranda. Es un tres estrellas muy decente. Las habitaciones las tienen bien limpias, los cuartos de baño también. Las estancias comunes se ven impolutas. El trato de los empelados es correcto, sobre todo el de la chica de recepción. Nos explicó con todo detalle como podíamos conectarnos a Internet desde nuestra habitación.