Mi suegra me sorprendió con un Domyos Balón Saltador que les regaló a mis hijas. Es un balón que había sido diseñado para practicar yoga los adultos y que han adaptado para los más pequeños de la casa reduciendo su tamaño.
Está fabricado en PVC cien por cien, es flexible, es resistente y lo venden en dos tamaños: uno para niños entre tres y siete años y otro un poco más grande para niños de entre seis y doce años. Mi suegra les compró a las niñas el más grande. Ella es de burro grande ande o no ande.
Mis hijas no le están haciendo mucho caso. Su abuela intenta que salten con el dichoso balón, pero no tiene éxito. Paula aún aún, pero Patricia ni caso. Eso de sentarse sobre el balón, agarrarse a la asa que tiene y saltar no va con ella. Dice que es de tontos.
Yo tampoco le encuentro la gracia a esos saltos por mucho que la madre de mi marido diga que les vienen bien a las niñas para que no lleven una vida tan sedentaria. Se puede saltar sin necesidad de hacerlo con un balón que te puede tirar al suelo. Yo siempre les pongo una colchoneta debajo para que no se me maten las niñas.
No sólo les ha regalado el dichoso balón sino que también les compró un inflador. No hacía falta. Si querían inflarlo lo podían hacer con el inflador de las ruedas de la bicicleta. Yo probé a hacerlo y me funcionó el invento.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar el Domyos Balón Saltador. Para gustos colores. Mucha gente lo compra porque se ha puesto de moda.