Tommy tiene un olor que no dice nada. Precisamente por eso me parece una colonia perfecta para regalar pues no tiene notas marcadas, no es especialmente fuerte, ni demasiado suave, así que no gusta pero no disgusta, aunque claro, yo no pagaría lo que vale por algo que no es “ni chicha ni limoná”.
De hecho, si tuviera que concretar, diría que mas bien no me gusta. Es demasiado alcoholizada, es como un olor antiguo, a la típica colonia masculina que se pondrían los padres “modernos” y a medida que pasa el tiempo ese olor se va intensificando, con lo que aún me gusta menos. Si se mantuvieran las notas de salida Tommy sería una fragancia más bien juvenil pues combina cítricos con lavanda y menta, pero va cogiendo cuerpo para convertirse en un aroma penetrante, con toques florales y hasta un poco dulzones.
Lo que si que justifica su precio es su fijación y es que lo notas todo el día y al día siguiente en la ropa sigue oliendo. Es entonces cuando más me gusta porque se la nota menos penetrante y más cítrica, pero no merece la pena sufrir todo el día anterior.
Hay 3 tamaños, 30, 50 y 100ml. Siempre merece la pena el grande pues sale mucho mejor la relación €/ml. El de 100 ml cuesta 62 y el de 50ml 49€. Dentro de lo que son las colonias de marca, no es de las más caras, pero claro, tampoco es de las más ricas.