Hay hoteles para todos. El Hotel Cesaraugusta es un hotel con habitaciones para fumadores en el que me alojé sin saberlo. Aguanté una noche y no más. Mi habitación olía como un estanco.
Me dijeron que también tenían habitaciones para no fumadores, pero no quise ni verlas. La mayoría eran para fumadores. El personal de limpieza se afanaba en dejarlo todo como los chorros del oro, pero era imposible que pudieran quitar el olor a tabaco.
Afortunadamente para ellos, no les faltaban clientes, casi todos fumadores. Los no fumadores éramos los no informados. Me alegré de estar sola. No sé qué hubiera hecho si estuvieran mis hijas yo que no le permito a nadie que fume delante de ellas.
El Hotel Cesaraugusta no es un hotel nada recomendable. Ni siquiera te dejaban muchos jabones en el cuarto de baño. Fueron muy cutres. Tampoco fueron nada amables cuando les pedí una manta. Me moría de frío con las sábanas y una colchita de nada. Tuve que llamar tres veces a recepción para que me trajeran la dichosa manta.
Lo mejor de este hotel es su ubicación, próxima al casco histórico de Zaragoza, donde está la zona de tapeo. La zona más moderna te queda como a quince minutos de caminata.
La habitación que me dieron era amplia y luminosa, decorada con una decoración tipo Ikea. Por ejemplo, los espejos eran igualitos a los que compró mi hermana en la famosa Ikea. La desventaja, como os he dicho, era el olor a tabaco que tenía. Me debió preceder un fumador o fumadora empedernido. tuve que dormir con la ventana abierta. Menos mal que era verano.
Lo que me gustó fue el buffet del desayuno, muy amplio y bien surtido. Por tener tenían hasta yogures. Me fijo mucho en que los haya porque mis hijas son muy yogureras. En esta ocasión, como os dije, no las llevaba, pero una siempre tiene presente sus gustos.