El Parador de Segovia es un parador muy tranquilo porque está a las afueras de Segovia, en la finca El Terminillo, situada en la carretera de Valladolid. Nosotros pasamos unos días en este parador con las niñas para alejarnos del mundanal ruido y así poder trabajar en nuestros negocios online con tranquilidad.
Nos gustó mucho. Este parador tiene unas vistas preciosas. No me extraña que lo llamen el mirador de Segovia. Desde las ventanas de nuestra habitación se veía toda la ciudad.
Tuvimos la gran suerte de que no estaba muy concurrido. El fin de semana pasado, en cambio, estuvo mi hermana y estaba hasta los topes. Había una reunión de empresarios en su centro de convenciones. El Parador de Segovia tiene varios Salones de Congresos.
Nosotros nos quedamos a comer y a cenar. En su restaurante te ponen mucha gastronomía de la zona. A mi marido le chiflaron los judiones de La Granja. Mis hijas se comieron la sopa castellana sin protestar. En casa no la hubieran ni olido. Son muy de comer fuera todo y en casa nada. Yo me puse hasta las cejas con un asado de cordero a mediodía y con el cochinillo asado en horno de leña en la cena. Hacía tiempo que no metía tantas proteínas entre pecho y espalda. Dicen que no es bueno comer tanta carne, pero a mí me sentó de cine.
El Parador de Segovia es bastante moderno, pero podría serlo más. Por ejemplo, la decoración de las habitaciones me pareció muy seria. Yo esperaba algo más informal tras ver la fachada, una fachada de un edificio no antiguo que invitaba a unos interiores más modernos.
Nuestra habitación era muy espaciosa. la cama era espectacular. Podíamos dormir los cuatro juntos y sobraba espacio. En una esquina había una mesa camilla con unos sillones a modo de salita de estar. Justo al lado estaba la pequeña terraza desde donde veías todos los alrededores.
Los jardines estaban bien cuidados, pero no eran lujosos. La piscina estaba climatizada. Podías nadar en pleno invierno. También tenían spa, pero no fuimos. Estábamos en plan ahorro.
Os recomiendo el Parador de Segovia. Está muy bien para pasar unos días en el campo sin alejarte de una ciudad en la que encuentras muchas tiendas interesantes para gastar tu sueldo en dos días si no miras las facturas.