Cobá es una zona arqueológica que merece la pena visitar no solo por sus ruinas mayas, sino por el enclave en el que se encuentra y es que resulta súper espectacular hallar esas edificaciones en mitad de la selva.
No os esperéis grandes edificaciones. De hecho, si ya habéis visitado Chichen Itza o Uxmal (como es mi caso) las ruinas no os sorprenderán, pero resulta un lugar muy agradable y curioso porque estas por mitad de la selva.
Se agradece una visita en la que no estés continuamente buscando la sombra y es que en Cobá casi todo es sombra pues está lleno de árboles.
El precio de la entrada es ridículo en comparación con otras zonas arqueológicas pues solo pagas 65 pesos (poco mas de 3 euros). Esa entrada te permite visitar todo el parque, que está estructurado en 3 zonas: Grupo Cobá, Grupo Makansot y Grupo Nohoch Mul
El primer grupo esta muy cerca de la entrada, a la derecha y consta de unas cuantas ruinas muy interesantes.
Justo al lado encontraras la zona en la que alquilar una bicicleta (50 pesos) o un tricitaxi para dos (125 pesos)
Os recomiendo que alquiléis la bici para ir a vuestro aire. Nosotros elegimos ir andando por el encanto de andar por la selva y a la vuelta cogimos un tricitaxi para llegar antes. Si solo lo coges de vuelta son 75 pesos y es una experiencia más. Además, te das cuenta de todo lo que andaste!!!
A unos 500 metros del Grupo Cobá está la bifurcación que te lleva al Grupo M o a N. Coged hacia M aunque realmente no merece la pena. Son una especie de cabañas abiertas con piedras enormes con relieves casi inapreciables. Corresponden al periodo prehispánico. Para mi fue un poco decepcionante después de la caminata de un kilómetro.
Bastante antes de llegar a Makansot nos encontramos con el conjunto pinturas. Todavía sigo preguntándome porqué lo de pinturas pues no dejan de ser ruinas sin nada de color. Allí nos encontramos el hormiguero mas grande y las hormigas mas activas y gigantescas que he visto en mi vida. Parecían arañas!!!
Esto no tiene que ver con ruinas pero si con el entorno selvático. Otra cosa diferente que hemos visto en Cobá.
Desde el conjunto de pinturas seguimos unos 300 metros y encontramos un juego de pelota perfectamente conservado, nada sorprendente si has estado antes en Chichen Izta. Este es muchísimo mas pequeño.
Y por fin, unos 300 metros mas allá encontramos las gran pirámide de Nohoch Mul, de 42 metros de alto, a la que puedes subir por tu propia cuenta y riesgo.
En mitad de los escalones hay una cuerda gruesa para agarrarte. Realmente para subir no la necesitas pero para bajar no sólo te aferras a ellas, sino que echaras culo a tierra en mas de una ocasión pues los escalones están muy pulidos y resbalan mucho.
Las vistas desde arriba de la pirámide merecen la pena. Ves la inmensidad de la selva, sin ningún edificio. Algo espectacular.
Nosotros íbamos apurados de tiempo, por eso cogimos el tricitaxi de vuelta, son algo mas de 2 km hasta la entrada que entre árboles no se hace pesado. Eso a decisión vuestra.
Lo que nos quedamos con ganas de hacer fue lanzarnos en tirolina por encima del lago Makansot, justo a la entrada del parque. Una pena porque hubiera sido otra experiencia nueva.
Ah, y si tenéis tiempo podéis haceros un fish spa, también al lado de las taquillas. Está genial para descansar los maltratados pies tras el paseo. Nosotros lo probamos metiendo la mano en la pecera y es súper curioso como nos pececillos te succionan la piel muerta.